Una vez duerma mi cabeza, tomará el mando el corazón

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Cuando terminaron la inspección, el sol estaba alto y golpeaba con fuerza. Habían recorrido un círculo casi completo, que los llevó finalmente al pie de la colina, debajo de lo que habían sido antaño un huerto fecundo y una granja muy activa. La omega alcanzó a ver el techo a cierta altura sobre los manzanos, y a su derecha divisó el perfil de un establo grande y rústico. Mientras caminaban bajo los árboles en dirección a la cima de la colina, la sombra les parecía refrescante después del calor del sol. El huerto tenía su propio aroma, una mezcla fecunda de abono y frutos maduros. Willow sintió la acuciante soledad de los lugares que antaño presenciaron períodos de trabajo y prosperidad.

Ante ellos surgió la casa. Lo mismo que el establo, tenía cimientos de piedra. A Willow le pareció que el lugar era al mismo tiempo hermoso y melancólico, pues los sueños que otros habían impulsado la construcción de aquel lugar habían muerto mucho tiempo atrás, junto con quienes los habían soñado. Las voces del pasado se habían extinguido hacía mucho. Las ventanas, ahora vacías, antaño habían reflejado un patio colmado por las actividades de cada estación. El ganado vacuno volviendo a casa al final de la tarde, los niños que jugaban...

Esas imágenes le originaron a Willow una intensa punzada y se llevó la mano al vientre.

—¿Sucede algo, capitana?

—No... ¡no! —Se volvió hacia Hunter fingiendo alegría, y aparentó que se frotaba el vientre—. Sucede... que tengo apetito. Eso es todo.

Hunter miró hacia la camioneta.

—Probablemente pueda conducir por ese viejo camino. ¿Por qué no espera aquí mientras voy a buscar el coche?

El alfa comenzó a alejarse, y la omega lo observó hasta que desapareció entre los árboles. La casa abandonada la atraía de forma irresistible, y sus pies se movieron casi contra su voluntad. Se paseó alrededor de la estructura principal, espiando por las ventanas el viejo linóleo, los restos de empapelado, una endeble puerta de alacena, una oxidada bomba de hierro, un orificio en la pared donde antes hubo una chimenea. Descargó un puntapié sobre un jarro de frutas que habían arrojado entre la maleza, y trató de rechazar el dolor intenso que le producía la vieja granja, en la cual todo le traía recuerdos de su propio pasado.

Detrás de la casa, una alegre profusión de lirios se balanceaba sobre los largos tallos. Willow se sentó al sol y apoyó la frente en los brazos cruzados sobre las rodillas levantadas. El motor de la camioneta arrancó a lo lejos, pero ella apenas lo escuchó. Evocó los recuerdos, los mismos que deseaba desechar, aunque no lo conseguía... el empapelado de otras paredes... otro fregadero de la cocina con las huellas de los pies sucios de un pequeño lavados allí antes de acostarlo... una mesa con una alfa y una omega, y más tarde además con su cachorro en una silla alta... la imagen de otra ventana de la cocina... un balancín del cual el cachorro se caía y llamaba a su mamá... otra puerta del fondo con la omega que entraba por allí y venía a calmar los gritos del pequeño... otro jardín con los lirios relucientes bajo la luz del sol...

La camioneta apareció subiendo la pendiente, siguiendo la línea de los surcos con las ruedas despidiendo piedras en todas direcciones, para detenerse al fin bajo los manzanos.

—¿Willow? —llamó Hunter mientras bajaba de la cabina. La omega irguió lentamente la cabeza y retornó al presente—. Venga aquí, capitana. A la sombra se está más fresco. —Como Park no se movió, la mano de Hunter se apartó de la puerta y se le endurecieron los hombros—. Eh, ¿se siente bien?

El alfa caminó hacia la omega. De repente Willow reaccionó y descendió del peldaño, sacudiéndose la ropa con un brío que en el fondo no sentía.

—Sí... sí, por supuesto. —Willow hubiera pasado de largo, pero Hunter le extendió una mano y, antes de que ella pudiera impedirlo, la obligó a volverse y le sujetó de la barbilla inseguro. La examinó con atención, y después de un silencio prolongado e incómodo afirmó—: Estaba llorando, capitana.

SI TE LLEVO EN MI CORAZÓN... -HUNTLOW ADAPTACIÓN - OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora