el efecto dilatador del calor

8 1 0
                                    

El efecto dilatador del calor
te ha traído a mi posesión,
aunque seas despreciado
y aunque intente calmarlo.

No deberías importar tanto,
no debería molestarme por tu presencia,
pero me incitas al llanto
y amargas mi existencia.

¿Cuánto frío necesito
para llevarte al precipicio?
¿Qué tan despacito
hasta que te hagas chiquito?
¿Y cuán suavecito
para olvidar que estás suscrito?

¿Las estaciones del año
tienen efectos en nuestros cercanos?
¿Necesitas ir más al baño?
¿Necesitas irte a un lugar más lejano?

¿Necesitas cubrir a alguien en invierno,
regalarle flores en febrero
y convertirle el verano en un infierno,
Para sentirte verdadero?

¿Y si el calor quiere recompensarme
Al sedarme y relajarme?
Cegarme por indiferencia
para ignorar las consecuencias,
como si su estancia no fuera suficiente molestia,
o para desviar el cargo de conciencia.

Intenta desintoxicarme
al invadirme y dejarme divergente,
con diferencias e inconsistencias,
por causas malas y buenas.

Es poderoso el calor,
la diferencia de temperatura puede hacer mucho,
puede quitarme la fatiga
o entregarme a la enemiga.

La temperatura y sus juegos,
el calor y sus efectos,
¿puedo culparlos por mi falta de intelecto,
y por la miseria en que me siento?

¿O es algo más por lo que muero cuando intento,
porque no tengo la suficiente resistencia,
o porque altera la estructura de las células?
Y así se escapa mi inteligencia,
mi capacidad para resolver,
mi destreza para actos simples
como sentarme, pararme o correr.

Quiero correr,
pero quiero hacerlo libre;
quiero sudar,
pero sin que nadie respire;
quiero doler,
pero sabiendo que lo soportaré;
quiero quererte,
pero no puedo tenerte.

Si te dejé confundido,
¿mi misión he cumplido?

Ya sea porque quiero jugar contigo,
porque quiero que estés del otro lado,
porque quiero que valores al enemigo,
o que tiempo hayas desperdiciado.

Supongo que no lo sabremos,
si hasta aquí has llegado,
si sigues leyendo;
seguiré pensando
que puedo superarte,
que no me has vencido
y que nadie apostaría un empate.

Vamos, acaba conmigo.
Lo has intentado desde que tengo 16,
desde que averigüé
hasta encontrar un bebé
inteligente, invasivo,
que tiene un nombre atractivo
que no pronuncio por algún motivo,
que brinda paz cuando se va,
pero cuando regresa es excesivo
hasta volarme la cabeza,
hacerme desear pasar el día en cama
porque cuando piso tierra te atraviesas,
y no me dejas.

Te encierro en mi búnker,
las bombas dejo arder,
pero solo daño mi propio ser,
solo daño mi hígado,
mis vías de evacuación del estrés,
me libero un segundo,
pero vuelves,
así será hasta que me operen.

Hasta que metan un cuchillo y succionen,
la temperatura estará controlada
y tus fuerzas estarán contadas,
ahí yo me daré por empezada.

Por mientras tomo valor,
me abrazo a mí misma,
dejo que el dilatador
provoque aneurisma,
me tomo un controlador
y no hay otra opción:
es tu conquista.

Aunque lo haya previsto,
te extiendes sin aviso,
¡vaya metabolismo!,
llegas a lo recóndito.

Unida a un globo 
en medio de un abismo
me ahogo,
me rindo.

Y si el único buen efecto dilatador del calor
es este escrito,
¿o no genera un valor,
mas que al creador?

Experimento estrés en mi cuerpo
en un intento por gestionarlo.

Inner VoicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora