Capítulo 25

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Hela Petrov

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Hela Petrov.

Me removí incomoda en la cama, alejándome de las manitos de Runa y el calor del cuerpo de Alek, quedé en los largueros de la cama mirándolos a los dos gracias al reflejo de la luna. Runa dormía plácidamente sobre el pecho de Alek, le tiraba la polera con pereza y balbuceaba cosas sin sentido y él, él infeliz no podía verse más bueno.

Un brazo lo tenía estirado hacía mí y el otro envolvía el cuerpo de Runa, su mano presionaba su cabecita dejándola estática a su pecho, no he dormido absolutamente nada, fingí que dormía para que Alek dejará de hablar y hacer insinuaciones estúpidas.

Lo sentí hacerme cariño en el rostro, espalda y brazos hasta que se durmió y aun así cuando su respiración se comenzaba a ralentizar seguía acariciándome y apretándome a él, pidiendo que me subiera encima, y después tiene el descaró de decir que soy yo la que se sube a voluntad a su cuerpo.

Me senté en la cama de forma lenta con movimientos tranquilos para que ninguno notará mi ausencia, los mire por sobre mis hombros aguantando la sonrisa, nunca hubiese imaginado ver a Alek así, cierro los ojos retrocediendo cinco años y me veo en la posición de Runa, claramente toda sudada y sin ropa recuperándome de algún orgasmo, ahora eso es una historia pasada.

Aguante la respiración poniéndome de pie, me puse las zapatillas silbándole a Freya para que se subiera a la cama ocupando mi lugar, me puse la sudadera que estaba en la repisa, para caminar a la salida a paso lento, salí y solté la respiración para mirar los pasillos y caminar en dirección a la escalera.

El mal dormir será para toda la vida, las únicas veces en las que he dormido plácidamente han sido al lado de Alek, por agotamiento o simple tranquilidad, pero ahora, ahora no tengo una ni la otra, no estoy agotada, al menos no físicamente, mentalmente he estado agotada toda la vida así que aprendí a vivir con ello, y la tranquilidad, no la tengo, he estado atenta, escuchando todo a mi alrededor, esperando a que Aitor llegue, se supone que iba a llegar hoy en la noche, son casi las cinco de la madrugada y aún no llega.

Llegue al primer piso mirando a mi alrededor, camine por los pasillos, pasando por la sala para verla vacía, mire los sofás, sorprendiéndome al no ver a Akim aquí, vi movimiento fuera de la casa que me alerto me acerque lentamente a la ventana notando que eran los hombres de Iker, como si el pequeño detalle de que estén aquí no pudiera dejarme más intranquila.

Runa conoció a su abuela, su abuela joder que horrible suena, debería solo tener mamá, para que mierda necesita más familia si conmigo tiene suficiente.

—¿Qué haces despierta? —no me inmute, incluso cuando me pillo desprevenida, algo me decía que mi hermano seguía con el mismo mal dormir que yo.

——¿Debería hacer la misma pregunta?

—Insomnio—me gire para verlo apoyado a brazos cruzados en el pilar de la entrada a la sala—¿Tú?

Detrás de la mira. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora