capítulo 20

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Hela Petrov

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Hela Petrov.

Le di una calada profunda a mi cigarrillo perdiendo mi mirada por el terreno de la propiedad, me apoyé contra el muro del cobertizo dejando el humo vagar por mis pulmones.

Lo expulse viendo a mi costado como la puerta de la casa se abría, llegamos a casa hace más de tres horas, no sé nada de Airón ni los demás, y han pasado casi cinco horas desde que nos separamos en aquella intersección, no tengo comunicación con ellos, ni rastreadores, pero aún así, estoy tranquila, Airón es inteligente, para que hablar de Aitor y su gran habilidad de sobrevivir a los problemas como una vil cucaracha, y sobre los Schneider que los acompañan, son capaces, me han demostrado en más de una oportunidad que tienen las pelotas para sobrevivir a lo que sea.

Honestamente no son ellos los que me tienen fumando por ansiedad, deseando una buena botella de whisky, estuve media hora viéndola en la barra, mirándola y deseándola, deseando beber para tragar la ansiedad que no me dejaba respirar, termine saliendo de la casa para ponerme a fumar, este es el tercer cigarrillo que prendo en menos de cuarenta minutos.

Noemí se detuvo a mi costado mirando conmigo en silencio el cielo que comenzaba a volverse oscuro, tres horas han pasado desde que llegamos, más de tres horas desde que Alek se fue, desde que nos dejo solas fuera de esa biblioteca.  

—¿En qué piensas? ——me pregunto rompiendo el silencio—¿Te preocupa Airón?

—¿Debería preocuparme Airón? —la mire para que ella desviara la mirada y se sentara en los peldaños del pórtico.

—Creo que no. Pero...estás fumando—miro las colillas en el piso—eso significa que algo te irrita o te preocupa y si no es Airón, es...

—Tengo mucho en que pensar, no tengo tiempo para preocupaciones sin importancia.

—¿Lo mataras? —y ahí está, su mirada.

Giro el rostro para analizar el mío con la preocupación intacta en sus ojos marrón, chasquee la lengua para desviar la mirada mirando las estrellas que comenzaban a aparecer.

—¿Pasa algo si lo hago?

—No—titubeo—no me contaron, lo que paso ese día—me senté a su lado para ofrecerle uno de mis cigarrillos lo acepto y yo metí otro en mi boca—Airón y Alek llegaron muy heridos, y los dos parecían estar perdidos, no hablaban, no se movían, ni siquiera reaccionaban al dolor, a pesar del caos que se desataba a nuestro alrededor ellos, no reaccionaban, Adam y Ainhoa no hablaban y Akim lo único que decía, era "Está muerta, ella está muerta" lo repetía como transmisora, una y otra vez, esa primera noche fue...fue horrible, las siguientes no mejoraban, Aitor no estaba, él había salido por respuestas y los demás no hablaban, yo...yo no sabía que pensar, al principio me cegué, creí que era una broma, que en unos días tú aparecerías como si nada hubiese pasado, pero no fue así, me negué tanto a aceptar que tú habías muerto porque si lo aceptaba significaba que Erlick te había matado, y yo prefería seguir creyendo que él estaba muerto.

Detrás de la mira. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora