Capítulo 15

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Alek Schneider

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Alek Schneider.

El silencio a mi alrededor nunca había sido tan caótico, nadie se movía, ni hablaba, ni respiraba, yo no respiraba, no podía hacerlo, veía la pantalla de la televisión roja donde las iniciales, "H.P" estaban escritas con una caligrafía tan prolija que llegaba a dar escalofríos verla, más bien, toda esta mierda daba escalofríos.

"Fichados" Se me aceleró el pulso cerrando los ojos sintiendo que el pulso me palpitaba en todo el cuerpo, mi cerebro sigue procesando, su voz, su jodida voz, "¿Es verdad?, ¿Todo este tiempo?, ¿Estuvo jodidamente viva?"

No, me negué, no es cierto, yo la busque, la busque durante un año no descanse ni un jodido día hasta que decidí que sería mejor no buscarla y más bien encontrar la manera de llegar a ella.

Recuerdo ese día a las orillas del río en Estonia, el frio del cañón en contacto con mi cabeza, la sensación de estar cayendo en un vacío interminable, en un dolor y agonía que no me dejaba respirar, no me permitía el tragar y el seguir viviendo, la mano no me tembló al presionar el cañón en mi cabeza, tampoco me tembló el dedo para presionar el gatillo con la desgracia que la bala nunca llegó a acabar conmigo.

Cerré los ojos sintiendo mi mundo girar alrededor de mí, los recuerdos, los momentos, las risas, el dolor, el vació, las ganas de morir, no pude haber vivido todo eso en vano, esto no puede ser real, no puede estar pasando.

"Bienvenidos al juego de la Diosa de la muerte"

—¿¡Que mierda acaba de pasar!?

Fue eso, el grito histérico de Akim que me hizo reaccionar y procesar todo de una forma tan rápida que no pensé a la hora de girarme al rostro que podía darme cada una de las respuestas, esos ojos esmeraldas dieron con los míos alterándome, no veía sorpresa, más bien alivio, aprete los puños al entender que lo sabía, él lo sabía. Supo todo este tiempo que ella...que estaba viva. Jodidamente viva.

—Cálmate.

—¿Cal...Cálmate? —gruñí sintiendo que cada molécula de mi cuerpo se envolvía en una ira que iba a destruirme—¿Lo sabías? —di un paso hacía él siendo consciente de como todos a mi alrededor dieron un paso hacia atrás.

—Sabía que estaba viva, no que...

—¿Lo supiste todo este tiempo?, ¿¡Porque mierda no me dijiste que estaba viva!?

—¡Alek no...! ——Adam se puso en el medio tirando de mi brazo, y por gracia divina vi por reflejo como su chaqueta se elevaba y con un rápido movimiento le quite el arma, saque el seguro y apunte a la cabeza de Airón con la colera nublándome la puta razón.

—¿Dónde está?

—No lo sé.

—¡No me mientas joder!, supiste todo este puto tiempo que estaba viva, ¿¡Donde mierda esta Hela, Airón!?

Detrás de la mira. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora