Capítulo 30

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Akim Schneider

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Akim Schneider.

Cierro los ojos y aun escucho los disparos, veo mi alrededor explotar y siento los gritos.

El dolor, la histeria, el agua ahogándome, la rubia desapareciéndose, la casa autodestruyéndose, joder, cierro los ojos y siento las horas pasarme, golpearme la cara, cinco segundos, solo cinco segundos se necesita para perderlo todo y nosotros...casi lo perdimos todo.

Siento mi cuerpo estremecerse, los oídos matándome y el cuerpo ardiéndome, miro a mi alrededor sin poder ver nada, sin oír nada más que el sonido de los disparos.

¿Qué paso?, ¿¡Qué mierda paso!?, recuerdo estar hablando con Axel, escuchar el grito de Noemí, la voz de Erlick, los disparos y la explosión que nos sacudió, fueron segundos, joder segundos en los que el silencio después de la explosión nos gobernó, segundos que se rompieron al escuchar las hélices y ser el maldito flanco de los disparos.

Sentí un toque en mi brazo que me hizo ponerme en alerta, Ainhoa, era ella, movió sus manos a la par con se boca, la mire, mire su melena rubia cubierta de sangre, su frente rota, sus ojos húmedos, la vi a ella, viva.

—¿Es...estás...

—Estas en shock——me hablo de forma lenta, su voz sonaba tan lejana y a la vez tan cercana—Akim tienes que respirar de acuerdo, mírame—pidió y eso hacía joder, miraba su rostro cubierto de sangre, su ropa desgarrada su piel cubierta de polvo y mojada—mírame y respira—mostro su pecho para comenzar a respirar, lo hice, sintiendo que el pecho me ardía con cada respiración que daba—con calma—pidió.

Presiono mis mejillas y el tacto me hizo retroceder chocando con algo duro.

—Tranquilo, estamos bien—murmuro—necesito que respires y me ayudes, ¿De acuerdo? —presiono mi pecho señalando su nariz para mover sus manos e incitarme a seguirla, a respirar como ella, lo hice sintiendo como el aire me quemaba, que el cuerpo me dolía y que la cabeza me daba vueltas, siguió incitándome, hablándome, calmándome, la seguí, como pude soltando jadeos por la presión del pecho.

Respire hasta que el silencio se rompió, hasta que mi alrededor se despejo y lo que pude ver me enloqueció, oí los llantos, los gruñidos los gritos en suplica, pude oír por fin la voz de Ainhoa, temblorosa, rasposa y quebradiza.

—Necesitamos ayuda—pidió sin sacar la mano de mi pecho, mirando mi rostro modulando con calma—tienes que...

—¿Todos están bien? —pude preguntar—¿Blake, Runa?

—Akim tienes que ayudarnos—tiro de mi brazo obligándome a reaccionar y apenas camine vi mi entorno, Axel parado en una esquina de al parecer una choza, la sala chorreada en sangre, las ventanas rotas, la puerta en pedazos, las cosas desordenadas, el piso mojado, los gritos, los...

Me hizo girar para que mis pies se detuvieran. Si la sala estaba chorreada en sangre acabo de entrar a un maldito rio.

—¡Se está desangrando! —mire a mi hermano viendo su cara, manos, brazos y cuerpo cubierto en sangre, sangre que claramente no era de él—¡Airón se está muriendo joder!

Detrás de la mira. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora