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Amelia

Solo era cuestión de horas para que la otra de las sesiones de nuestro grupo comenzará, pero primero debía de asistir a la clase de encantamiento, si bien contábamos con unos minutos de tolerancia, estos estaban por acabar y yo no estaba para nada cerca del salón. Cuando di una vuelta choqué con alguien.

—Lo siento, no veía por donde iba.—Menciona la persona con la que choqué.

—No te preocupes, también es mi culpa.—Digo, mientras recogía alguno de los libros que la persona traía y había caído.

Pude ver como la persona tenía unos grandes ojos verdes y un increíble cabello castaño, se trataba de Astoria Greengrass. Ambas nos pusimos de pie, pero vi como ella parecía que apenas y podía con el peso de sus libros.

—Déjame te ayudo.—Digo tomando algunos.—¿Vas a la biblioteca?

—Sí, ¿pero no tienes que ir a algún lugar?—Cuestiona.

—Mmmm... no.—Menciono sabiendo que mis minutos de tolerancia ya habían pasado.

Ambas nos dirigimos hacía la biblioteca, había un silencio incómodo, lo único que se podía escuchar en el pasillo era el sonido que hacía nuestro caminar, pero en mi mente estaba ese momento en que Draco me había hablado de ciertos sentimientos que tenía hacía ella.

—Vas en cuarto año, ¿no es así?

—Si.—Contesta.—¿Tú eres prima de Draco?

—Sí.—Respondo, sin embargo se volvió a crear un silencio, por suerte ya estábamos en la entrada de la biblioteca.—¿No hay ningún problema con que nos vean juntas?

—Mientras no sea mi hermana o sus amigas no hay problema.—Contesta entrando y dirigiéndose a una de las mesas para poder poner ahí los libros.—Puedes dejarlos ahí, gracias.—Dice amablemente.

—Bueno...—Estaba lista para despedirme e irme a algún otro lugar, pero Astoria me interrumpió.

—¿Te puedo preguntar algo?—Pregunta sentándose.

—Claro.—Digo imitando su acción.

—¿Sabes si Draco tiene... pareja?—Pregunta sonrojándose.

—No, él no tiene novia.—Contesto, pude observar como una pequeña sonrisa ladina se plasmaba en su rostro.

—Gracias, por ayudarme y responder mi pregunta, no te molesto más.—Dice poniéndose otra vez de pie y tomando algunos libros para acomodarlos.

—No te preocupes, tal vez deberíamos hablar más, nos vemos luego.

—Adiós.—Dice en un tono dulce.

***

—No te vi en la clase encantamientos.—Me dice Harry.

—Se me hizo tarde.—Digo.

Harry me había encontrado en uno de los pasillos del castillo, así que ambos comenzamos a caminar en dirección a la sala de menesteres, pasamos por la pared indicada y pudimos ver ahí la puerta de la sala, ambos nos aseguramos de que nadie nos estuviera viendo y entramos. Al ser todavía un poco temprano éramos las primera personas en la sala.

—¿Qué hicieron en la clase?—Cuestiono.

—Solamente volvimos a repasar lo que vimos en la clase pasada.—Contesta Harry.

Otras personas entraron a la sala, eran Hermione, Ron, Ginny y los gemelos, poco a poco las personas fueron llegando, y cuando todos estuvimos comenzó la clase.

Mi luz en la oscuridad 2 || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora