Wonder Woman & Mera II

Capítulo 20

— ¿Estás segura de que tienes bien puesta la armadura? — preguntó Hipólita por décima vez en menos de un minuto 

— Si madre, honestamente no cre-...

— ¿Llevas tu espada y las dagas que te di? — la interrumpió

Diana la observó y asintió 

— ¿Te aseguraste de afilarlas? 

La amazona volvió a asentir 

— Dame tu tiara, me aseguraré de volver a pulirla — la pelinegra resopló pero le hizo caso a su madre— Pensándolo bien, dame tu escudo también 

Mera observaba la interacción de las dos con inquietud

— No es por nada pero... estoy empezando a preocuparme

— ¿Por qué? — preguntó Hipólita mientras seguía en su labor de pulir las cosas de su hija 

— Honestamente no se si la está preparando para una guerra o para su primer día de clases en el Olimpo 

Diana soltó una carcajada mientras que Hipólita dejó de hacer lo que estaba haciendo para verla ofendida 

— Lo siento pero no creo que la vida de Diana vaya a correr peligro en ese lugar, sobre todo porque estará junto a su padre. Y no es por presumir pero estoy segura de que ella es casi igual o incluso tan poderosa como los son los demás dioses 

La claridad paso por el rostro de la reina Amazona, quien se giró hacia su hija y tomándola de los hombros la observo fijamente con seriedad

— Escúchame bien Diana, si en algún momento empiezas a sentirte en peligro quítate los brazaletes y no te contengas

— ¡Madre! — se quejó la Amazona más joven — ¡Ya basta! solo pidieron que me reuniera con ellos, no iré a ningún combate a muerte 

— Tratándose de ellos no descartaría esa opción... 

— No seas tan dramática, estás empezando a espantar a mi novia — dijo mientras se acercaba para quitarle la tiara y el escudo

Hipólita hizo un ademan de no querer soltarlos, pero al final cedió 

— Yo estoy tranquila, quien está espantada es ella — se defendió la Xebeliana 

— ¡Oye! — se quejó — No me estas ayudando 

— Lo siento mi amor, pero llevamos casi 3 horas en la misma situación 

Diana se cruzó de brazos e hizo un puchero, la pelirroja no pudo resistirse y se acercó a darle un besito en los labios a su novia 

— ¿Ustedes dos siempre han sido así de cursis? — preguntó la reina Amazona quién ya se había relajado y ahora las observaba con una sonrisa 

—Sip — afirmaron ambas quienes ahora se encontraban abrazadas

— Bien, si pasa algo por favor avísanos y yo me asegurare de llevar a Mera para que ambas podamos... 

— ¡Madre! — se volvió a quejar la pelinegra 

— ¿Qué? Solo digo... una mujer defendiendo al amor de su vida es mil veces más peligrosa que cualquier guerrero experimentado

— Concuerdo, pero no creo que ese vaya a ser el caso aquí — dijo la pelirroja 

No les dio tiempo de seguir dialogando ya que una luz dorada se hizo presente anunciando la llegada de Hermes, quien sería el encargado de llevar a Diana al Olimpo