Capítulo 1

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El clima había estado sumamente caluroso, por lo que luego del entrenamiento tanto Diana como su ahora mejor amiga Aela habían decidido refrescarse un poco en la laguna, ambas llevaban trajes de baño que mostraban lo tonificados que estaban sus cuerpos, y si bien en Themyscira no había envidia

Se podría decir que algunas amazonas se sentían celosas de la relación que poseían ellas dos, pues ninguna sabia la razón del por qué ambas se habían vuelto tan unidas luego de que Aela llegara misteriosamente a la isla con la excusa de que había estado mucho tiempo fuera en Egipto y que ya era hora de volver a casa

Muchas estaban confundidas pues no lograban recordarla, y a pesar de que las Amazonas eran cientos de miles, se conocían todas entre sí, todas, menos a Aela, quien si parecía conocerlas a ellas

Todas las Amazonas habían sido bendecidas con el don de la belleza, pero el aura de Aela la hacía resaltar sobre las demás, era imposible no verla dos veces cada vez que se paseaba por las calles de la isla, su cabello castaño, su piel blanca con un ligero bronceado y sus irresistibles ojos color caramelo la hacían irresistible ante los ojos de las demás, Y el hecho de que fuera una de las mejores guerreras era un plus sumamente alto

Muchas quisieron cortejarla, pero jamás tuvieron el valor suficiente pues el verla caminar siempre al lado de la princesa amazona ya era una señal más que clara de que ya estaba ocupada

A pesar de que ambas lo habían negado a lo largo de los cientos de años, ellas creían imposible que no fueran una pareja

Se habían vuelto las campeonas de la mayoría de todas las competencias, peleándose hasta con Artemis, pero incluso ella fue derrotada ante el poder que ambas poseían juntas

Aela había influido muchísimo en la vida de Diana, se podría decir que la había vuelto imparable e indestructible, en los entrenamientos era imposible seguirles el paso y apenas y se podían ver sus sombras de lo rápido que peleaban, incluso la reina Hipólita había dejado que ella fuera su entrenadora en lugar de Antíope y eso ya era decir mucho

Lo más sorprendente era que la castaña se iba en misiones exclusivamente para ella, nadie a parte de la reina sabía a donde iba, ni que era lo que hacía, pero muchas de las misiones la mantenían muchísimos años fuera de la isla, y mientras que ella no estaba, Artemis ocupaba su lugar con Diana, parecía que se turnaban para entrenarla y no dejarla sola

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Diana al sentir el frio del agua chocar contra su caliente piel luego de llevar casi una hora tomando el sol

– ¡Aela! – se quejó

– ¿Hmm? – respondió la misma viéndola con el ceño fruncido

La pelinegra le dio una mirada de incredulidad pero seguido de ello la cambió por una de confusión, pues el azul del cielo desapareció y grandes nubes de lluvia se instalaron en su lugar, volviendo el brillante día en gris y sombrío

Ambas se vieron fijamente sin entender y segundos después una lluvia enorme se desató junto a fuertes vientos ocasionando que todas las Amazonas que se encontraban fuera salieran corriendo a refugiarse a sus hogares

Diana sabía que algo no andaba bien, por lo que se apresuró a ponerse rápidamente la armadura y empuñó su espada preparándose

El cielo parecía estar cayendo sobre ellas y ambas dieron un brinco al ver como pequeños huracanes se fueron formando mientras arrasaban con toda la vegetación a su alrededor

La princesa amazona empezó a correr dirigiéndose hacia la ciudad seguida de Aela, al llegar la reina Hipólita las esperaba afuera del castillo

–Su majestad ¿qué es todo esto? ¿Acaso hemos hecho enfadar a algún dios? – eran las preguntas que se escuchaban

Wonder Woman & Mera IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora