Capítulo 5

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El sonido del agua Del Mar chocar suavemente contra las rocas y los leves rayos de luz que se colaban por la cueva hicieron que lentamente se fuera despertando

Sus ojos avellana se abrieron luego de unos segundos y al hacerlo quedó más que encantada con la vista, el cabello pelirrojo de su amada se encontraba esparcido a lo largo de la almohada, su pecho subía y bajaba con tranquilidad y su rostro que parecía estar tallado por los dioses se encontraba en paz

Eran pocas las veces en las que se podía permitir verla de esa manera, pero cuando lo hacía realmente se aseguraba de disfrutarlo, de atesorar esos momentos en lo más profundo de su corazón

Sabía que debía de despertarla para que ambas pudieran tener tiempo para despedirse, pero al verla tan serena y tan en paz, simplemente no podía

– Sabes que puedo sentir tu mirada, ¿no? – habló Mera con la voz un poco ronca

– Claro que lo sé – afirmó causando que la pelirroja sonriera y por fin abriera los ojos

– Ven aquí – le llamó mientras extendía sus brazos hacia la Amazona, quién no dudó en refugiarse en estos

Estuvieron así, abrazadas por lo que pareció ser una eternidad, ambas sabían que no iban a poder permitirse estar así en un largo tiempo, ya que usualmente se veían una semana cada ciertos meses

– Te voy a extrañar – susurró Mera causando que Diana se apretara más contra ella

– No más de lo que yo te extrañaré a ti – respondió la pelinegra

Unos susurros extraños e inentendibles  empezaron a sonar en su cabeza, la voz sonaba áspera y muy profunda, frunció el ceño y ladeó la cabeza en un intento de que los susurros se fueran

– ¿Estás bien? – preguntó la Xebeliana al ver su comportamiento extraño

– Si, no es nada, solo...

La alarma que avisaba que su tiempo juntas había terminado empezó a sonar causando que ambas se vieran con tristeza

– Procura no comprometerte en lo que nos volvemos a ver – bromeó Diana causando que la pelirroja riera – Hablo enserio, si Orm sigue insistiendo juro que le iré a patear el trasero – se quejó

– Cielo, no hará falta porque yo misma me encargaré de hacerlo si vuelvo a escuchar su propuesta una vez más – aseguró Mera mientras acariciaba el rostro de su amada – Te amo – le dijo, y la sonrisa que tanto le gustaba ver apareció iluminando su día

– Yo te amo más – respondió la Amazona para luego dejar un suave beso en los labios de la pelirroja

Una enorme sensación las llenó al ver cómo sus ojos brillaban llenos de amor, los de Mera brillaban más azules que el mar, mientras que los de Diana brillaban más dorados que el oro

Diana fue la primera en levantarse de la cama siendo seguida por Mera, quien empezó a vestirse preparándose para su partida

– Vendré luego de que hayas ganado la competencia de las 21 pruebas del torneo de Atenea y Afrodita

– ¿Cómo estás tan segura de que ganaré? – se rió la Amazona

– Cielo, siempre ganas, deberían prohibirte participar – habló la pelirroja causando que Diana elevara una ceja con diversión

El teléfono de Mera sonó dejando ver una llamada entrante proveniente de Tula, quien de seguro ya se encontraba en la casa en donde se supone Mera estaba tomando su descanso de todo el estrés que como princesa heredera siempre tenía

Wonder Woman & Mera IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora