Capítulo 4

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Una leve capa de sudor frío cubría su piel mientras se movía bruscamente en la cama, gritos agonizantes salían de su garganta y leves lágrimas empezaban a recorrer su rostro

– ¿Diana? – escuchó una somnolienta voz que reconocía muy bien – ¿Estás bien? ¿Qué sucede? – preguntó

–No me dejes – susurró ella entre sueños – Por favor, no me dejes – esta vez gritó asustando a su acompañante quién muy confundida  se levantó de la cama enderezándose

– ¿De qué hablas?

Los gritos se hacían más y más fuertes al igual que sus movimientos, intentaba despertarla pero no podía, parecía que la pelinegra estaba envuelta en algún tipo de pesadilla

Como último recurso, con un movimiento de manos utilizó sus poderes causando que por fin la guerrera amazona despertara

Los ojos de la pelinegra escanearon la cueva en búsqueda de algo y cuando por fin encontraron lo que buscaban, soltó un enorme suspiro de alivio

– Estás aquí – sus ojos se empañaron de lágrimas al ver a la pelirroja parada frente a ella

– Por supuesto que estoy aquí – la Xebeliana se acercó hacia ella y la Amazona la envolvió en sus brazos apretándola levemente

El ritmo cardíaco de Diana aún era rápido, por lo que Mera se dispuso a dejar suaves caricias en su espalda intentando calmarla

Cuando por fin se calmó, la pelirroja quiso alejarse levemente causando que Diana la apretara más contra ella –Cariño, estoy aquí ¿Qué sucede? – preguntó dejando un beso en su mejilla

– Y-yo, no se cómo explicarlo, tuve este horrible sueño en el que había una invasión de Gorgonas en Themyscira, luego yo viajaba a Egipto junto a Artemis y Aela y-y

– Hey, respira profundo ¿Si?

La pelinegra asintió y Mera sintió como su pulso volvía levemente a la normalidad

–Luego tú me dejabas, me dejabas de hablar por muchos años y luego, luego aceptabas casarte y yo quedaba sola y con el corazón roto y luego tenía poderes, yo podía controlar el clima o algo así pero no estoy muy segura de ello ya que mi madre se empeñó en ocultarme cosas – Diana se levantó de la cama y empezó a caminar de un lado a otro

– Oh, por los dioses  ¿y si en este momento estoy soñando y tú no estás aquí y solo eres un producto de mi imaginación? – el terror se podía observar en sus ojos

– Diana, cielo, estoy aquí ¿Si? – la pelirroja se acercó lentamente – No soy un producto de tu imaginación, te lo aseguro

Mera se acercó levemente y con sumo cuidado juntó sus labios con los de la pelinegra, quien se quedó quieta durante unos segundos pero luego correspondió el beso

Un gruñido de satisfacción salió de la garganta de la Amazona, ambas hicieron a un lado la ternura del momento dejándose llevar por la pasión

Diana cargó a la pelirroja, quien enroscó sus piernas en la cintura de la Amazona y ella sonrió en medio del beso al saber que todo había sido un sueño, y que el amor de su vida se encontraba ahí con ella

– ¿Qué? ¿Por qué paras? – preguntó la Xebeliana al sentir que sus labios separaban

– Porque eres real, y estás aquí conmigo – una enorme sonrisa boba se instaló en sus rostros

– Cariño, no se que hayas visto en tu sueño pero estoy segura de que podemos analizarlo luego, ahora ¿Podríamos volver a lo que estábamos haciendo?

Wonder Woman & Mera IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora