Capítulo 33

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Ambas dormían plácidamente en los brazos de la otra cuando unos golpes en la puerta las despertaron, habían intentado ignorar el sonido pero no obtuvieron éxito, en especial cuando parecían no querer dejarlas seguir con sus necesarias horas de descanso

— Lamento interrumpirlas chicas, pero tengo un mensaje para ambas — se escuchó la voz de Hermes

Diana gruñó y se volvió a abrazar de su novia mientras se acurrucaba lentamente lista para dormir de nuevo

— Lo digo enserio — insistió el dios desde la puerta

Mera resopló y se sentó en la cama con la espalda apoyada contra la suave cabecera, la amazona sintió el alejamiento de su novia y de inmediato se volvió a mover dejando su cabeza sobre sus piernas, los suaves latidos constantes de sus hijos la hicieron sonreír

— Puedes pasar — le hizo saber la nueva diosa

La enorme puerta se abrió y la cabellera negra de Hermes apareció frente a su vista

— ¿Es seguro ver? — preguntó mientras se tapaba los ojos con una mano

— Por supuesto que si, no seas payaso — le recrimino la xebeliana

— Lo siento, es solo que he encontrado a todos en situaciones tan intimas que he perdido la cuenta

Lentamente Hermes quitó su mano de sus ojos y la escena que apareció frente a él le dio envidia de la buena

Mera acariciaba con suavidad el largo cabello negro de Diana, mientras que Diana estaba abrazada a su abdomen con la cabeza recostada en las piernas de su amada donde tenía acceso directo a su vientre, que es donde ahora mismo estaba dejando tiernos besos

Una sonrisa genuina iluminó el rostro del dios

— Felicidades a ambas por esta maravillosa nueva etapa de su vida, les deseo todo lo mejor — declaró al ver lo contentas que se veían ambas y contagiándose de su alegría

— Gracias hermano — respondió Diana quien dejó un ultimo beso en el vientre de su novia antes de finalmente sentarse — Estoy tan feliz que si no fuera por el hecho de que puedo escucharlos, creería que es una broma

— Hablando de eso — empezó a buscar algo en su bolso — Tengo esto para ti por parte de Hefesto — comentó mientras le daba unos nuevos brazaletes

Diana los tomó y se los colocó, solo que al hacerlo su ceño se frunció... algo no estaba bien

— ¿Qué sucede mi amor? — preguntó Mera al ver a su novia

— Estoy intentando escucharlos pero ya no puedo — le comunicó mientras parecía aturdida

— ¿A los bebés?

— Sí, no puedo escuchar sus latidos ¿están bien? ¿no sientes que nada haya cambiado?

— Tranquila mi amor, debe de ser porque tus poderes volvieron a limitarse, no te preocupes, estamos bien — le aseguró mientras la atraía para darle un suave beso

Diana suspiró con alivio

— Se me hace tan raro no poder escucharlos, me da miedo que les suceda algo — admitió mientras seguía intentando afinar su oído

— Soy testigo de lo poderosa que es Mera, ni siendo el dios más veloz vi venir su ataque, créeme, ellos están más que seguros en el vientre de su madre — afirmó Hermes

— Lo siento por eso — se disculpo la nueva diosa, ya que Hermes había sido al primero que había atacado

— No te preocupes — le restó importancia — Ahora, volviendo al tema principal, tengo una carta de la Reina Hipólita, me dijo que había intentado contactarlas pero le fue inútil

Wonder Woman & Mera IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora