Una flor para mi florecita

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Tenía que ceder ante sus pedidos, de lo contrario, a su bebé, podía ocurrirle algo y no se lo perdonaría, el corazón le palpitaba a mil y James se movía frenético, pero ella no le demostraría miedo, ni muerta, le daría el gusto, la garganta se le cerró, lo miró y solo vio fuego en su mirada, el fuego de la rabia, de la maldad, la impotencia, ahí fue cuando se dio cuenta, de que no estaba jugando, que venía dispuesto a todo.

"hablemos, Graham", intentó persuadirlo.

"nunca fuiste sincera conmigo, Regina", si quería hablar, sacaría sus resentimientos guardados, "siempre supiste sobre mis sentimientos hacia ti", comenzaba a ponerse nervioso, los ojos de Regina, la mujer con quien soñó su vida entera, lo miraban intensamente, "ah, pero ¿qué hizo la reinita?, engañarme como si yo fuera un niño", los nervios se transformaron en rabia, "eso se paga y tú, estás a punto de experimentar la furia de un hombre traicionado", abrió la puerta del auto y la sacó en contra de su voluntad, poco le importaba su embarazo, "camina, te conviene", la amenazó, tocándola disimuladamente, con la punta de la pistola que llevaba escondida debajo de su chaleco de cuero, no podía arriesgarse a que lo vieran cargando un arma, era un prófugo de la justicia.

Inútil resistirse, su fuerza masculina la superaba, además, el embarazo, le impedía defenderse como hubiera querido, así que obedeció, esperaba que los llamados de su corazón, llegaran hasta David, para que viniera a sacarla de esa pesadilla que estaba a punto de comenzar a vivir.

Como lo planearon, mientras Regina se hacía cargo de los detalles del desfile, él, se iría para la mansión, tomó el traje que luciría esa noche, lo colocó con extremo cuidado en el asiento trasero del auto, cerró la casa, condujo hasta donde lo esperaban muy alegres, sus padrinos, Zelina y su novio Hansel, quien ya se había mudado con ella para la mansión.

"acaba de hacer su entrada triunfal, ¡mi hermanito!", la pelirroja, se las arreglaba para recibirlo con uno de sus tan característicos comentarios sarcásticos cada vez que venía a la mansión, "permíteme", sin que se lo pidiera, le quitó el traje de sus manos, "lo llevaré a la habitación de Regina", asintió sin importarle lo que haría, ahí mismo, recordó que la noche anterior, tuvo un mal sueño, donde algo terrible le ocurría a su florecita, se despertó sobresaltado y asustado, despertándola, fue imposible no hacerlo, dormían pegados como calcomanía, "¿DAVID?", por el volumen que utilizó, supo que se había perdido en sus propios pensamientos.

"puedes hacer lo que quieras", Zelina se cruzó de brazos en señal de regaño, su distracción interrumpió la conversación que ella pensó que sostenían.

"te lo perdono porque eres el esposo de mi hermana y si te asesino, quien no la pasará muy bien seré yo", para que no respondiera a ese comentario, se aseguró de subir las escaleras lo más rápido que pudo, miró hacia todas partes, no vio a nadie, dejó la billetera, el llavero y su celular en la mesita del centro de la sala y se dirigió a la cocina, donde encontró a su madrina, muy distraída.

"¿acaso habrá oportunidad de que tu ahijado preferido colabore con la preparación del almuerzo?", se acercó a ella despacito, la abrazó inesperadamente y besó sus mejillas, sacándole una sonrisita entre dientes, "huele muy delicioso", elogió con zalamería, la señora mayor se derritió ante sus coqueterías.

"no le digas a Zelina, pero te quiero como a mi hijo mayor", ahora quien se sonrió fue él, regalándole otro beso a la mujer entre sus brazos.

"ya verás que haremos un gran equipo", ni le contestó y él ya dio por sentado el hecho de que, la ayudaría en la cocina.

"buscaré un delantal", no era día para andarse con tantos caprichos, se desprendió de sus fuertes y musculosos brazos, para buscar lo que prometió, mientras se iba alejando, suspiró bajito, para no parecer una vieja atrevida, pero, ahora entendía el porqué su hija más pequeña, babeaba por él, ¡qué cuerpo, por Dios!, "aquí lo tienes", lo vio muy práctico con la prenda, suponía que lo usaba mucho, le daba risa imaginárselo cocinándole a Regina, negó con la cabeza.

Life is BeautifulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora