Hasta el mismísimo infierno

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Como lo habían solicitado, los esperaban en la mansión a su llegada, la familia reunida justo como lo necesitaban para darles la noticia del nuevo acontecimiento, David haciendo honor a la promesa que le había hecho a Regina, al detener el auto, se apresuró para ayudarla a bajar, se imaginaba que dentro de unos cuantos meses casi tendría que cargarla porque la pancita sería tan grande que ni caminar prodría, negó con la cabeza sin emitir sonido e internamente se sonrió, sentía tanta felicidad, era un regalo hermoso.

"¿esa carita?", preguntó Regina cuando él le abrió la puerta, observó sus acciones desde que se bajó del auto, la expresión de su rostro le indicó que estaba perdido en sus propios pensamientos.

"pensaba en lo feliz que acabas de hacerme", confesó, esa era la verdad.

Le dedicó una sonrisa, acaricó sus mejillas, lo atrajo hasta ella para darle un cándido beso, era lo que se imponía en ese momento, "te amo", le dijo con un tono que cualquiera que la hubiese escuchado, fácilmente, podría caer rendidito a sus pies.

"florecita de mi vida, todo mi ser te ama con tanta intensidad que a veces ni yo mismo puedo describir la magnitud de mis sentimientos por ti", el brillo de sus ojos le terminó de afirmar la veracidad de esas palabras, se quedaron en medio de un lindo silencio, un abrazo se impuso.

"entremos, conociéndolos, deben estar ansiosos", fue ella quien habló primero, pasados unos minutos.

"¿te digo un secreto?", asintió, a la misma vez que se bajaba del auto con su ayuda, "en este momento lo único que quiero es encerrarme contigo en nuestra casa y pasarme toda la noche haciéndote el amor", ante esas palabras Regina no supo qué decir, ella estaba en igualdad de condiciones, no exteriorizó sus deseos porque en los últimos días sentía ganas de no salir de la cama con él, ahora ya entendía la razón de esos deseos desenfrenados y si era así al inicio del embarazo, no quería ver el final, ¿sería que él se molestaría con ella por eso?

"¿David?", su pregunta llegó de repente, sin aviso, caminaban hasta la puerta de la mansión con las manos tomadas, ella se detuvo, en el proceso llamándole la atención, se volteó al escucharla, además, se había quedado rezagada.

"¿qué quiere mi florecita?", le habló con esa tranquilidad tan característica suya.

"mis hormonas se descontrolarán", apenada hizo esa introducción, David la miraba algo desentendido, ¿qué sabía él de eso que decía?, "es...", se le enredaron las palabras, antes no dijo nada, precisamente porque le ocasionaba vergüenza, los ojos azules continuaban observándola sin captar la idea, "últimamente quiero...", se aclaró la garganta, caminó los pocos pasos que le faltaban para llegar hasta él, se le pegó al oído, debía susurrarle, la reacción que siguió, no era la que esperaba.

"para mí eso no es un problema", una vez más, leyó sus pensamientos, sonrió porque su conexión, se fortalecía con el paso de los días, "no hay nada que me cause más placer, que recorrer lentamente todo tu cuerpo con mis labios y cumplir tus deseos", si era sincero, debía confesar que le costó trabajo llegar a esa conclusión, se puso medio intrigante con su entrecortado discurso, pero, ató los puntos, con lo poco que había dicho y sus recuerdos de las noches anteriores, cuando la notó insaciable, él ni importancia le dio, le encantaba verla pedirle más, con demasiado orgullo se lo concedía.

"oigan, nos tienen en un puro nervio aquí adentro", de pronto, en medio de esa conversación tan íntima, escucharon la puerta abrirse y la voz de Cora los interrumpió, desde las ventanas de la sala, los observaron, ya tenían la previa información de Mary y Chris, quienes no sabían, el porqué de los cambios de planes.

"ya vamos", dejó un besito corto en su cuello y siguieron a la señora mayor quien los esperaba con las manos cruzadas encima de su pecho.

"por un poquito así, ocasionan un infarto", se alegró al ver a su hermana allí, tenía el temor de que aún estuviera en la alcaldía y no pudiera escuchar que pronto tendría un sobrinito a quien mimar.

Life is BeautifulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora