Llena de amor

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Después de que Zelina llamara a David, pasaron dos horas esperando allí en aquel lugar donde si no controlabas los nervios, te podían superar, la pelirroja, fue quien primero perdió la batalla, comenzó a caminar de un lado al otro para liberar la tensión, lo único que le faltaba, era comerse las uñas, esa sencilla conversación telefónica, la dejó con una misión que cumplir, debía hacerle llegar a su hermana, ese tan importante mensaje que le daría fuerzas en este momento cuando más la necesitaba, y ella, estaba afuera, atada de pies y manos.

"hija, deberías relajarte un poco", Henry quería que se calmara, para no seguir alterando a su esposa, quien aunque no le decía nada, él percibía su estado, tantos años de matrimonio, le dieron ese amplio conocimiento sobre ella.

"tengo que...", el alboroto de las enfermeras quienes se dirigían al cuarto de Regina, los alarmó, Zelina, se olvidó de todo y también fue hasta allá, para encontrarse a su hermana encima de la cama, doblada del dolor.

"te revisaré", anunció el Doc, al escuchar esas palabras, Zelina se apresuró a entrar para apoyarla, se sentó a su lado de la cama.

"gracia...¡AY!", las contracciones se hicieron aún más repetidas y dolorosas.

"sostén mi mano", ambas sabían lo que venía, lo sintió en la presión que su hermana ejerció al apretar su mano, señal de estar enfrentándose al dolor como una verdadera mujer.

"debemos prepararte, ya casi es hora", las enfermeras que lo acompañaban, entendieron perfectamente su orden, salieron del cuarto seguidas del Doc, quien antes, le dedicó unas palabras de aliento a las dos hermanas, "todo saldrá bien", se levantó de frente a Regina, rodeó la cama, le dio un ligero apretón de mano a cada una y siguió a sus compañeras de trabajo.

"¿puedes recogerme el pelo?", aprovechándose de que ahora los dolores estaban calmados, le pidió ese favor a su hermana, quien ni hablaba, y no sabía la razón, solo se dispuso a tejer una enorme trenza en su tan larga cabellera.

"así está mejor", al parecer, su trabajo la dejó satisfecha.

"Zelina, ayuda a las enfermeras a vestir a tu hermana", orden y mandato del doctor quien interrumpió la escena, y ella que pretendía decirle el mensaje de David, "yo esperaré afuera", debía respetar su privacidad, "también pónganle el suero", salió del cuarto.

Las enfermeras sabían lo que tenían que hacer, una ayudó a Zelina con la ropa de hospital para ponérsela, y que no tuviera que hacer mucho esfuerzo, atendiendo a los fuertes dolores que estaba experimentando, la otra enfermera, preparó las condiciones, tomó la mano izquierda de Regina, le canalizó la vena y conectó el suero.

"¡AY!", esta vez, el dolor fue tan intenso, que hasta la dejó sin habla.

"tenemos que comenzar ya", desde afuera, escuchó el grito de terror emitido por Regina, se volvió a posicionar frente a ella, acomodó sus piernas, "ya casi es hora, pujarás en la próxima contracción", ordenó.

"no...puedo...", las lágrimas se le salían, por varias razones, el dolor era intenso, todo su cuerpo le pedía a gritos que pujara, era involuntario y si lo hacía, su niño vendría al mundo sin que su papá estuviera presente.

"tienes que poder, tu niño te necesita", con esas palabras del Doc, toda la tristeza contenida, se exteriorizó, ella lo tenía claro, pero ¿cómo le daba a su corazón una explicación convincente?

"estoy aquí hermanita", Zelina inclinó la cabeza hacia abajo para hablarle pegadito al oído.

"él no está, yo quería que...", una fuerte y arrazante contracción, interrumpió su pequeña e íntima conversación, se tuvo que doblar por el dolor, apretó las manos de la pelirroja al punto de que sus nudillos, palidecieron.

Life is BeautifulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora