Heather.13

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Julio 2014

—¿Ves a ese chico de rizos que esta por allá?—Dijo mi padre señalando discretamente a un chico lindo.

—Ajá, lo veo.

—Bien, ¿es guapo, no lo crees?

—Si, supongo.

—Entonces vamos, tenemos que presentarte.

Mi padre empezó a caminar y yo por instinto lo detuve agarrando su muñeca.

Mi cara era de pánico.

—No, ¿para qué?

—Te contaré algo, ese señor que esta junto al chico es un gran amigo mío y un hijo de puta.—Mi padre al ver mi cara de confusión prosiguió a explicarme más a fondo.—Des no quiere que seamos socios.

—Pues claro que no, lo dejarías en bancarrota si lo único que sabes hacer es apostar y meterte con personas malas.—Al terminar de decir aquello la mano de mi padre agarro con demasiada fuerza mi brazo.

—Cuida tus palabras niña. Y si, lo necesito precisamente por eso, porque nos estamos quedando sin dinero y dentro de poco solo nos quedará la herencia de tu abuelo.

—¿Y yo qué tengo que ver con esto?

—Mucho, porque si yo no tengo a Des de socio nos vamos a quedar en la ruina, tendras que decirle adiós a todos tus lujos y ese chico que ves allá es el hijo de Des, el heredero.

—¿Ajá y luego?

—Tienes que tenerlo en tus manos, puedes enamorarlo y así convencemos a Des de que haga negocios conmigo, tu tienes una vida de lujo asegurada y todos somos felices.

—¿Qué pasa si el chico tiene novia?

—Serás estúpida, obviamente se lo vas a quitar a como de lugar.

Una parte de mi dice que no, pero la otra dice que lo tengo que hacer o si no pierdo todo.

—Esta bien, hagamoslo.

Caminamos hasta donde estaba el chico con su padre.

Mientras más nos acercábamos yo veía más a detalle al chico con rizos, tenía sus ojos verdes, su piel era pálida, y tenía unos hoyuelos muy lindos.

—Des, amigo mío.—Saludo mi padre.

—Russell, que bueno verte por aquí.

—Lo mismo digo.—Mi padre poso una mano en mi hombro y me acerco más.—Ella es mi hija Heather.

—Oh, pero que linda señorita, soy Des un gusto y este chico es mi hijo, Harry.—Des me tomo de la mano y Harry copio su gesto.

El ambiente era incómodo para mí y supongo que para Harry también lo era.

El estuvo callado todo el tiempo.

—Harry.—Le llamé y el puso su atención en mi.—Ven, sígueme.

Le tomé de la mano y empecé a caminar hasta salir de la gran casa en la que estábamos.

—Es mucho mejor estar aquí que allá adentro rodeado de personas que en tu vida has visto.—Le dije a Harry mientras el mantenía su ceño fruncido en confusión, pero poco a poco eso se convirtió en una pequeña sonrisa.

—Lo es.

Ambos nos quedamos sumidos en un gran silencio.

Yo me acercaba a el despacio. Harry tiene una belleza única, sus ojos tienen un brillo tan hermoso que me hipnotiza.

Photograph [L.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora