Junto a ti [Jack Ross]

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Amy Baker.

Ya había despegado el avión, y como no tengo nada más que hacer saco mi libro favorito y comienzo a leer donde coloqué el marca libros y así no perderme.

Luego de un rato leyendo le coloco el marca libros donde quedé, cierro mi libro y volteo a la ventana para disfrutar de la vista, por suerte había quedado junto a la ventana, y la persona que está al lado es una señora que está dormida. Por suerte.

Me acomodo bien en el asiento, saco mis cascos, los conecto con mi celular y dejo el ritmo y la letra de 5 seconds of summer me invadan, cierro mis ojos y me concentro en la música.

No sé en qué momento me quedé dormida pero lo que si sé es que solo escuchaba a mi querido Luke Hemmings.

Despierto cuando se escucha la vocecita atravez del parlante del avión diciendo que ya vamos a aterrizar y que hay que ponernos el cinturón.

Luego de unos minutos aterrizamos y salí del avión con mi mochila para ir en busca de mis maletas. Al llegar donde entragaban las maletas por medio de... la verdad no se que es, nunca había viajado en un avión.

Busqué mis maletas la cual tenian bordado mi nombre de color blanco en ellas y las tomé para empezar a caminar fuera del aeropuerto donde pedí un taxi apenas salí.

Le di la dirección a la chica que debe tener entre 20 a 24 años, no soy buena sabiendo la edad de las personas.

—¿Y que es lo que estudiaras? —me pregunta la chica rompiendo el silencio y sacandome de mi lectura.

—La verdad es que quiero ser una gran escritora —respondí orgullosa.

—Wow, escuché que es una carrera difícil —dijo ella y yo asentí aunque no me viera.

—Lo es, pero me voy a esforzar mucho para eso, no quiero rendirme tan fácilmente como otros. Yo sé lo que quiero y eso lo voy a cumplir —respondí con una gran sonrisa.

—Es bueno que sepas lo que quieres, por cierto, me llamo Andrea Bay —se presentó.

—Yo me llamo Amy Baker, un gusto.

—El gusto es mío, Amy.

—Oye ¿puedes pasarme tu número? Así cuando necesite un taxi te llame y ganas más dinero.

—¿En serio? —respondió Andrea entre sorprendida y con una alegría.

—Sí.

—Wow, me será útil más dinero, así podré pagar la universidad.

—Bien, entonces problema arreglado —digo y ella empieza a dictarme su número.

Al llegar a la universidad y parar en un edificio que se veía un poco desgastado, Andrea me ayudó a bajar mis cosas y yo la ayudé, le pagué y me despedí de ella para luego tomar mis maletas y mochila y entrar adentro del edificio.

Lo primero que vi fue una chica, un chico al lado de ella y otro chico atrás del mostrador que seguro debe ser el que se encarga del edificio.

Me acerqué lentamente, no tenía prisa ni nada, cuando llegué al mostrador escuché como hablaban.

—Jennifer puede ayudarte —dijo el chico de lentes.

—¿En serio? —el chico que está al lado de la chica le preguntó con una sonrisa.

—E-eh claro —respondió la chica.