Veinte.

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Sus labios son tan suaves y deliciosos, el excitante sabor me hace saber que he nacido para probar este pequeño pedazo de ella

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Sus labios son tan suaves y deliciosos, el excitante sabor me hace saber que he nacido para probar este pequeño pedazo de ella. Mis manos permanecen fervientemente incrustados en sus caderas mientras que con sus delicadas manos araña con benevolencia mis hombros.

Me hubiera perdido tanto en ella nuevamente pero el sonido de un celular persiste en que me detenga, pienso en ignorarlo en cuanto me percato que no es el mío.

-G-Gabriel… mi celular… –Sus manos bajan a la parte de mi pecho para separarme lentamente de ella.

La observo tomar una gran calada de aire mientras sus mejillas tienen un enorme tono rojo igual que sus labios; he perdido la noción del tiempo que hemos perdurado en esto.

Alcanza su bolsa en lo que me acomodo recostado a un lado en la cama; rebusca desesperada en su bolsa hasta que logra obtener su teléfono.

-Sí, sí, estoy bien –Su tono es avergonzado–, sé que han pasado algunas horas sin contactarte –Hace una larga pausa–, no fue intencional esta vez –Dice mirándome–, sigo con él…

Debido a la exactitud de las palabras puedo saber que se trata de la señorita Tsurugi.

-Si… si llegare a dormir –Dudaba mucho que su rostro pudiera adquirir un tono más rojo–. No, iré enseguida.

Suspiro, bien; termino este dulce y energético momento.

-Adiós Kagami. –Retira el celular de su oído, me observa un par de segundos.

-Tranquila, te dejaré en tu departamento. –Asiente sonriente.

Estoy dispuesto a levantarme, sonidos incomprensibles salen de su boca lo que me hacen detenerme antes de salir en palabras. 

-Estaba pensando… –Suena preocupada–, ¿Puedo usar tu baño? 

-Puedes –Afirmo–, tomate tu tiempo si quieres.

-Bien. –A pesar de su contestación afirmativa permanece inmóvil. 

-Esta por ahí. –Señalo hacia la puerta de junto.

-Sí, ya lo sé. –Y se queda ahí, observándome casi sin parpadear.

Esto se vuelve tan incómodo por un instante.

-¿Podrías voltearte mientras camino hacia ahí? –Miro por un segundo hacia la puerta antes de regresar hacia ella.

Estoy por contestar lo absurdo que es pero sus ojos me obliga a tragarme mis palabras al último instante, antes de recomponerme e intentar nuevamente –No hay problema.

Giro mi cuerpo dándole la espalda, puedo escuchar las mantas moviéndose y las suaves pisadas apresuradas antes de la puerta cerrándose con un sonoro golpe; rodando mis ojos finalmente me levanto.

Desconozco cuanto tardara asi que empiezo a vestirme, no toma demasiado tiempo, me dedico acomodar mi cabello a lo habitual o tratando lo mejor posible; aprovechando la ausencia para revisar mi celular notando una llamada de Nathalie.

Crimen Favorito ‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora