Veintidós.

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Observo nuevamente mi celular corroborándolo una vez más

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Observo nuevamente mi celular corroborándolo una vez más.

3:38 pm

¿Por qué no aparece? No me agrada para nada la impuntualidad.

Parece que mis súplicas son escuchadas pues la puerta se abre con ella ahí.

Corre hacia mí, me sorprende pues trae unos tacones negros, haciendo juego con una falsa plegable beige, una blusa de tirantes negra y con ella un saco beige, además de una pequeña y sencilla bolsa negra.

Estoy por saludar pero inesperadamente estando a pocos centímetros, se arroja hacia mí, pasando sus brazos por encima de mi cadera, pegando su mejilla contra mi pecho.

-Hola. –Saluda como si nada.

-Ah, hola –Miro incomodo hacia todos lados–, ¿Todo bien?

-Sí, ¿No es un saludo común cuando sales con alguien arrojarte a sus brazos? –Cuestiona recargando su barbilla sobre mi pecho, para así poder mirarme–, ¿Te molesta?

-Me tomaste por sorpresa –Menciono incomodo–, ahora ¿Por qué no nos vamos?

Me hago a un lado permitiéndole pasar al auto, entro después de ella, indicando al cofre que conduzca, el auto empieza andar.

-¿De qué quieres hablar? –Pregunta apenas tiene oportunidad.

-Impaciente –Hace una mueca de molestia–, lo sabrás en un momento.

-Eso es lo raro, normalmente no hablas –Hay una curva en mi boca. No tardo en notar lo cercana que está de mí. 

-Uh, Marinette… –Parece ignorarme. 

Percibo que nuestros hombros chocan uno contra otro; desisto de cualquier cuestionamiento. 

Lentamente siento como su mano se mueve, rozando mi brazo, sus dedos no tardan en abrir mi mano para meterse ahí; hasta entrelazar delicadamente su mano con la mía.

Mi mano permanece abierta y estática ante su fuerte apretón; antes de poder actuar su cabeza se deja caer sobre mi hombro, recostadose ahi. 

Esto definitivamente es nuevo, no se que hacer. 

Un tanto avergonzado pero fingiendo que nada ha ocurrido, abro la puerta saliendo de inmediato, ella tampoco dice nada; vuelvo a sujetar su mano, guiándola hacia lo que se podría decir es una cafetería. 

Decido olvidar lo que sea que haya ocurrido ahí… 

-¿Sobre qué querías hablar? –Pregunta como si nada.

Estoy por hablar pero un chico de adentro emerge rápidamente de la entrada dirigiéndose hacia nosotros, he de suponer un mesero.

-Bienvenidos al Ble Sucre, ¿Están listos para ordenar? –Un joven vestido de negro y blanco es el que nos atiende.

Crimen Favorito ‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora