~ Capítulo 51 ~

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-----------------Minho----------------

Regresé al bar o eso pretendía, había alguien siguiéndome, no sentía la energía pesada pero ahí estaba. Caminé despacio, como si un humano fuera a alcanzarme.

—¿Qué es lo que necesitas?....¿vamos a pelear otra vez?—me giré a verlo, la calle estaba por completo oscura. Una farola iluminaba el lugar donde estaba, su pálida piel, su lastimado lado derecho partiendo por el cuello.

—¿No quieres matarme?—preguntó con calma, pero había fuego en su mirada, apreté los dientes con fuerza. En una milésima de segundo, lo empotré contra la misma farola que lo alumbraba.

—A ratos quiero—disminuí la intensidad de mi mirada—pero luego ya no. Creí que ya estabas muerto—maldita serpiente hija de puta.

—Dijo que odiaba la idea de trabajar para ti....por eso sigo aquí—suspiré relajado. Debo admitir que parte de mi no soportaba el tener que aceptar la muerte de Jeongin, él era mi cruz.—¿Por qué no me matas tú ahora?... ¿Ya olvidaste que yo hice que te sacaran el ojo?, ¿o que casi mató a ese niño tuyo?

—Jisung está vivo, mi hijo también y mi ojo está en su lugar. Jeongin, ¿por qué no solo olvidas esto?....no quiero matarte.

—¡¿Por qué?!—se deshizo de mi agarre en un movimiento brusco y esta vez él me agarró con fuerza jalando mis ropas.

—Aún te quiero.....jamás deje de hacerlo—acaricié su mejilla—si no te hubiera amado como lo hice, no te hubiera entregado mi sangre.

—¡¡¡Fue una condena!!!!

—Lo sé....pero estaba asustado...¿crees que yo pedí ser lo que soy?...sé que jamás vas a perdonarme.....pero Jeongin, ¿puedes matarme en serio?—me desvío la mirada—¿Puedes?—guardó silencio—Si necesitas destruirme, corre directamente a mi, y cariño....esparce bien mis cenizas o volveré. Pero no te acerques a Jisung, ni al niño....que igual que esa familia de campesinos de la cual yo desconocía la existencia de un quinto hijo, no tienen la culpa—un par de lágrimas se escurrieron de los ojos de Jeongin. Rabia, la misma mirada de rabia de siempre—jamás te mentí....te amé demasiado y tú lo hiciste, me amabas, al monstruo recién nacido, al loco de la orilla del río.

—¡¡¡Lo ocultaste!!! Cuando te conté mi tragedia, fingiste comprensión!! Pero habías sido tú quien los mato

—¿Y que podía hacer yo?, ¿revivirlos?, ¿contártelo para que me odiaras como lo haces ahora?....¿no tuviste tú el mismo miedo y dolor de matar la primera vez que te enseñe a cazar?...¿que importa ahora, verdad? Ha pasado medio milenio desde eso y nada puedo solucionar, y no puedes matarme ni yo a ti...porque te quiero y aún me quieres.

—¡¡¡Te odio!!!!

—¿Y qué importa?...El odio y el amor a veces tienen el mismo fin....perdón.—di media vuelta para irme, esperaba un ataque, esperaba cualquier cosa. Jeongin me detuvo de nuevo de frente, se acercó a mí y unió sus labios con los míos, cerré los ojos, sentía la ira, la confusión. Correspondí el beso abriendo un poco la boca, me clavó los colmillos en el labio inferior, luego en la lengua, una y otra vez, me la hubiera arrancado si hubiera tenido la intención, pero no lo hizo. Bebió mi sangre, lo dejé, lo estaba haciendo para curarse, no al 100%, pero mi sangre era fuerte, mucho más que la suya, así que apaciguaría el dolor bastante.

—Quizás algún día te destruya...padre—mi sangre se había escurrido hasta mi cuello.

—Quizás algún día me destruya solo, Jeongin....ya no justificó mis errores, le dije a Jisung que sería más honesto.

El Pacto que nos unió /𝙢𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora