~ Capítulo 53 ~

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------------------Minho------------------

Me llevé a Jisung al cuarto en cuanto salimos del agua. Estaba bastante satisfecho con la casa, había quedado justo como quería, y nuestra habitación era grandiosa.

El agua caliente contra mi piel se sentía maravillosa. Las temperaturas las percibo distintas a los humanos, si hace calor no me abochorno y si hace frío no tiemblo, pero puedo sentir la sensación, y la del agua caliente y así, burbujeante era de mis favoritas. Además, para un humano como Jisung servía para curar, cargar 9 meses peso extra era malo para su columna, las desveladas, el estrés, eran un poco aliviados por el agua. En ese momento, mientras lo llevaba a la nueva habitación, se veía y se sentía mucho más relajado, sus músculos, su abrazo a mi cuello, sus labios sobre los míos.

—Nunca imagine que este momento, justo así iba a ocurrir, Minho—me besó

—Lo sé....yo creí que jamás le iba a volver a abrir mi corazón a un humano—le besé el cuello—mi sangre te ha aliviado ¿cierto?—asintió. Lo bajé a la cama y se desabrocho la bata, me dejó ver la cicatriz, aunque para lo reciente que era se veía como una marca vieja y no tan notoria.

—La cicatriz ya no me duele solo es la molestia de las costillas aún pero también es menos, por eso te pedí que fuera recostado en algo blando y no sentados, ah pero tu mugroso sofá....

—Hey!—me reí—todos mis muebles eran caros.

—...No se compara a esta cama—se acostó y giró—es muy cómoda—extendió los brazos hacia mí, me le fui encima y lo besé. Jisung me abrió la bata, me levanté para cerrar la puerta por mera costumbre.

—No

—¿Por qué?

—Estamos solos, y si Daesung llora, yo iré corriendo

—Vale—regresé a la cama con él, comencé a besarle el cuello, las clavículas, me encantaba lamerlas, besarlas, morder la piel de alrededor. Su piel seguía húmeda por el agua, tibia, bastante tibia. Comencé a bajar por su pecho, su vientre, lo besé, lo lamí, le dejé pequeñas marcas rojas sin llegar a lastimarlo.

—Ah! Minho!—me jaló el cabello, se estaba calentando rápido, llegué hasta su entrepierna, le acaricié los muslos.

—¿Te sientes bien?

—¡De puta madre!—le lamí el muslo, lo besé varias veces y lo mordí. Ah, qué maravilloso era sentir nuevamente la tibia sangre de Jisung en mi interior. Jisung gimió y me jalo un poquito el cabello.

—Mmmgh Minho....no bebas tanto. Si pierdo hierro, afectará mi leche—hice caso omiso, bebí un poco más para luego besar y cerrar la herida de nuevo, después subí de nuevo hasta sus labios. Jisung ya estaba algo habituado a besarme con sabor a sangre, ya no le molestaba tanto. Comencé a masturbarlo también mientras él me besó el cuello, acarició mi torso y besó mi boca. Estiré mi mano hasta la mesa de noche, tenía una botella nueva de lubricante. Jisung se había desacostumbrado un poco a la intromisión, y no quería que fuera tan doloroso. Además, tenía que aprovechar el tiempo y no podía hacer que se corriera 2 veces. Si Daesung comenzaba a llorar, Jisung me iba a dejar a medias y yo odiaba quedarme a medias. Continuamos besándonos y acariciándonos mientras yo dilataba el ano de Jisung, oírlo gemir era maravilloso.

—Minho!....mmmgh ahí...—arqueo su espalda—pero saca los dedos!—me besó

—¿Con qué quieres entonces ah?—le chupe el cuello

El Pacto que nos unió /𝙢𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora