Su infierno fue demasiado para nosotros, no supimos cuidarla.
Creímos que la teníamos, pero no fue así y en un segundo nos demostró que no le pertenecía a nadie.
Lily se fue sin mirar atrás.
¿El problema?
Ya habíamos probado de su infierno y no q...
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Lily...
Caminar rodeada de esos hombres, y que todos se vieran jodidamente intimidantes. Me volvía tal vez, el puto centro de atención en el hotel. Llegamos al ultimo piso, Tony abrió la puerta para mi e ingresamos a la sala donde los mafiosos conversaban, bebían y reían.
Al verme, la mayoría se quedaron callados mientras otros tanto murmuraban cosas entre ellos. Las miradas estaban puestas sobre mi abdomen y en la mano de Andrey Sokolov que iba entrelazada a la mía.
Sin prestarles demasiada atención llegue a mi lugar en la cabecilla de la gran mesa y me acomode. Dimitri tomo el asiento a mi izquierda y Vadim, el de mi derecha. El resto de los presentes, comenzaron a ocupar los lugares restantes.
-Buenas noches- fui la primera en hablar.
Por debajo de la mesa, Dim sostenía mi mano con fuerza, como si temiera que me fueran a robar de su lado.
-Buenas noches Reina- todos allí respondieron.
El jefe de la mafia italiana se levanto con su copa en mano -Felicito a mi reina, por la nueva vida que traerá al mundo-
Todos lo imitaron mientras que yo solo tenia agua -Si me disculpan, no puedo beber alcohol- sonreí mientras la llevaba a mi boca y bebía.
Había pasado una hora aproximadamente, la comida llego de parte del catering que se preparo y por mi parte, mi comida la traía Tony de otro lado. -¿Quién es su esposo?- pregunto uno de los capos.
-Pues...- iba a responder mientras miraba a los Sokolov con una sonrisa, pero en ese momento entro Jerome quien había anticipado que no vendría. El francés vestía un traje color gris oscuro, con una corbata color uva y un pañuelo a juego, acompañado de tres guardaespaldas.
-Disculpen la tardanza, tenia que pasar a buscar un regalo- sonrió de lado viendo a todos, y demostrando que él era mejor.
-Este hijo de puta- murmuro entre dientes el ruso a mi derecha.
Nadie respondió, todos se quedaron en silencio viendo como se deslizaba por la habitación llegando hasta mi, mi mano se volvió roja de tanta fuerza que ejercía Dimitri. -Amor- susurre.
-Lo voy a matar si se acerca mas.-
Jerome se arrodillo frente a mi y saco de su espalda un ramo de flores -Felicitaciones mi princesa-
-Gracias- asentí tomando las flores y en ese momento sujeto mi mano con rapidez. Varios mafiosos se alertaron, levantándose y sacando sus armas para apuntarle. Jerome no era idiota y estaba probándolos, que tan leales eran a mi.
Y se dio cuenta que mas de uno de sus amigos, no tembló al elevar su pistola y apuntarle cuando se trataba de proteger a la reina.
-Wow, ¿ahora no puedo besar la mano de mi amiga?- rio con ironía.
-Jerome- lo llame.
Él dejo de bromear y volvió a centrarse en mi -Ha crecido bastante al parecer- analizo mi abdomen -¿Te gustaron las flores?-
-Muy lindas, pero por favor. No hagas una escena aquí, no puedo pasar por cosas que alteren mi estado- deje que besara mi mano y se levanto.
Su sonrisa se borro y se tiño de total seriedad-Iré a mi asiento-
-Patético- Luk lo rebajo.
La reunión continuo una hora mas, se hizo el juramento y los Sokolov me sacaron del edificio, mientras subía al coche y me acomodaba, Vadim me abrocho el cinturón y tomo mis manos. -¿Cuál beso?-
-¿Qué?- sonreí adormilada.
-¿Qué mano beso el hijo de perra?- frunció el ceño como si tratara de recordar, acto seguido tomo ambas y las beso él -eres nuestra- sus labios se posaron en los míos con delicadeza -Te amo Lily-
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