Capítulo 74 - Escribir en un libro de registro

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Aeropuerto

La multitud se agolpaba.

Había mucha gente yendo y viniendo, desde los que se dirigían a lugares lejanos, hasta los que iban a recoger a alguien, pasando por los que estaban a punto de separarse y despedían a sus seres queridos.

De vez en cuando, la alegría de encontrarse, de reencontrarse mientras la gente se abrazaba a pesar de todo, y las voces llorosas siempre resuenan.

"Es bueno estar de vuelta".

"Está tan nevado afuera, ¿por qué sigues aquí?"

"Oh, vine a recogerte."

"Por fin has vuelto".

En este ambiente caótico, sólo el joven sentado en el banco con un abrigo negro permanecía inmóvil, y algunos de los curiosos que iban y venían miraban a este niño extraordinariamente guapo, cuya aura era fría, y cuyas cejas tenían una especie de indiferencia hacia los demás.

Todo este ajetreo parecía no tener nada que ver con él.

Un niño corrió hacia su padre y pasó por delante de Shen Cheng. Se abalanzó sobre el hombre y le dijo con voz algo petulante: "Papá, ¿por qué tardaste tanto en llegar?".

El padre levantó al niño y dijo alegremente: "Mira lo que te trajo papá".

La familia se reunió, llena de risas y charlas.

Shen Cheng estaba sentado, observando con indiferencia, sin poder decir qué tipo de emoción sentía, la mayor parte del tiempo le parecía ruidosa, y de vez en cuando empezaba a divagar en sus pensamientos. Siempre se encontraba con muchas escenas de este tipo en su vida, pero normalmente era como un espectador, observando las alegrías y las tristezas de los demás.

Cuando era joven, todavía tenía algunas fantasías que no debería haber tenido, pero más tarde esas semillas fueron ahogadas por él.

La razón por la que la gente espera es porque hay cosas que le pertenecen que se pierden y se vuelven a encontrar, pero lo que le pertenece a él no es mucho, así que el número de veces que ha esperado en su vida era, naturalmente, lamentablemente pequeño. Shen Cheng se sentó allí en silencio y escuchó a alguien hablar en voz baja no muy lejos:

"Parece que lleva ahí sentado desde la tarde".

"Está esperando a alguien, ¿verdad?"

"Tampoco parece muy mayor".

"Algo va mal".

Hay mucho ruido.

Sería bueno que toda esta gente desapareciera, pensó.

Shen Cheng bajó las cejas, el luminoso salón parecía una gran red negra, y la niebla bajo los ojos del joven era pesada y estaba llena de hostilidad rodante. Aquellas miradas de compasión y los comentarios poco amables, eran como innumerables manos que presionaban esta red, haciendo que no pudiera respirar.

De repente, en medio de las ruidosas voces, el joven sentado en el banco oyó una clara llamada: "¡Shen Cheng!".

Estaba nevando fuertemente fuera de la ventana.

Era el aeropuerto, así que Shen Cheng levantó la vista y vio una figura que trotaba hacia él con un abrigo de algodón rojo.

La cara de Jian Shiwu estaba escarlata y jadeaba suavemente, esos ojos redondos le miraban con una sonrisa, "Ahí estás".

La sala se iluminó repentinamente. Las lámparas blancas se esparcían sobre sus hombros, y en invierno, cuando se hablaba, se exhalaba una niebla blanca que se elevaba hacia arriba y luego se disipaba lentamente, como si pusiera un halo sobre el angelito.

Renacido como la ex esposa del protagonista paranoicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora