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Con una tentación así de grande no es posible resistirse por tanto tiempo.

Keonhee es muy bonito y por más religioso que Seoho sea sigue siendo un hombre, un mortal al que un chico bonito puede llamarle la atención.

El bajito no ha hecho nada para seducirlo, ningún comentario que pueda tomarse por otro sentido ha salido de su boca, ni una sola provocación o gesto que pudiera confundirse con querer algo más allá.

Pero sus acciones de bondad pura.

Cada vez que hace algún comentario amable, que hace algo para ayudar.

Keonhee no es solo una cara bonita y es lo que lo diferencia de otras personas que ha conocido con el pasar de los años.

Y es más grande la tentación por eso, una cara linda puede controlarla, un buen cuerpo lo puede evadir.

Pero las acciones, su inteligencia y ganas por aprender, su bondad que solo él ha sido capaz de notar pues no muchas personas se toman la molestia de conocer lo que hay detrás en "el prostituto".

Tal vez esta sea una prueba enviada por Dios, quizá deba pelear contra sus instintos para demostrar ser digno de una vida iluminada.

Pero teniendo esos labios a centímetros de los suyos.

No sabe si será capaz de pasar.

Solo quería detenerlo, decirle que había hecho suficiente pero cuando menos lo esperó tenía su cintura entre sus manos.

Keonhee no se mueve, solo lo observa sin hacer un solo movimiento esperando lo que pasará.

Conoce a los hombres, conoce esa mirada, sabe que quiere besarlo, pero no se atreve a dar el primer paso.

Así sería más fácil para él.

Conquistarlo, seducirlo, dominarlo para quitarle todo y dárselo a Changkyun.

Dejaría en paz a Youngjo y podría estar tranquilo, tal vez hasta pueda quedarse con algo de dinero y así salir de esa miseria, mudarse y buscar otra vida en un lugar donde no puedan juzgarlo ni cargar con las crueles palabras con las que la sociedad lo ha lapidado.

Por fin podría decirle a Hyejin la verdad, que él es su padre y no tendría que preocuparse porque alguien le contase a la pequeña de su oficio porque lo cambiaría y así ella estaría orgullosa de él.

Y todo eso a un bajo precio... enamorar a Seoho a pesar de tener que destruir su corazón.

Así que está decidido.

Se aclara la garganta y se aleja del más alto antes de que sus labios hagan contacto.

─Lo siento, no me había dado cuenta de la cercanía ─se disculpa ruborizado mirando hacia el suelo.

No lo hará.

Una cosa es querer robarle para salvar a su familia, pero sería demasiado cruel usar su corazón en su contra, dejarlo malherido emocionalmente.

No se merece eso.

─No, yo, yo fui ─interviene levantándose─ creo que, no lo sé...

─No diga nada, estamos bien ─interrumpe sin poder mirarlo─ haré como si no hubiera pasado, no me gustaría hacer que pierda el camino que tanto esfuerzo le ha tomado.

Asegura y gira para caminar a la puerta, pero la mano de Seoho lo detiene antes de que dé el primer paso.

─No digas eso, fue mi culpa ─insiste preocupado─ por favor, me agrada estar contigo, Volverás mañana, ¿verdad?

Mi Religión [Seohee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora