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─Estúpidas campanas ─maldice Keonhee levantándose de mala gana de la banca que usó como cama anoche.

La campana que hace el anuncio del inicio de misa lo ha despertado, la iglesia está cerca del lugar donde pasó la noche.

Se estira un poco intentando deshacer el dolor de sus músculos provocado por dormir en mala posición y se talla los ojos acostumbrándose a la luz solar. La gente que pasa junto a él lo miran en desaprobación, algunos lo conocen y solo lo ignoran.

─Claro, no querrán que su vida "perfecta" se desmorone si se sabe que sus esposos se acuestan conmigo ─murmura con sarcasmo yendo al sentido contrario que la demás gente.

Sigue sin pena alguna, hay gente que sabe a lo que se dedica, pero no le importa, jamás se ha sentido menos que los demás, avanza con la frente en alto saludando si lo saludan primero e ignora las miradas acusatorias.

Va llegando a su vecindario cuando escucha que lo llaman.

─ ¡Hey, Keon! ─le hablan del callejón y éste se acerca al reconocer la voz─ fui a buscarte en la mañana, Hyejin ya llegó.

─¿En serio? Llegue tarde ─se lamenta el bajito frustrado─ ¿Y mamá?

─Estaba dormida no te preocupes, ya le di su desayuno a Hyejin y está bien.

─Muchas gracias Youngjo, no sé lo que haría sin ti ─agradece sincero sentándose en la acera siendo seguido por su hermano─ mamá estaba insoportable anoche y no tenía ganas de discutir.

─Pudiste haber ido a mi casa, estaba preocupado.

─También tienes problemas, no necesitas más ─se justifica mostrándole una sonrisa─ pero estoy bien, siempre lo estoy.

El más alto asintió, pero no estaba conforme, Keonhee no es de pedir ayuda y menos a él que es su hermano menor, y quizá de las únicas personas que no lo juzga por la vida que lleva.

─Changkyun quiere hablar contigo ─le avisa Youngjo serio─ no sé qué es lo que quiera, pero ten cuidado.

─No le tengo miedo, tú tranquilo ─asegura sereno─ voy a verlo en la tarde, quiero ver a Hyejin y dormir un poco ¿Tú harás algo?

─Igual salgo en la noche, habrá una fiesta a las afueras de la ciudad y seguro habrá autos finos.

─No me gusta que hagas eso.

─No daño a nadie, lo juro, sabes que no robo a quienes no tienen y no asalto.

─Igual se esfuerzan por sus cosas, no soy quien para juzgarte y no es mi intención hacerlo, pero...

─Eres quien para juzgarme porque tu trabajas Koni ─asegura tomando el rostro del bajito entre sus manos─ te juro que en cuanto me estabilice dejare de hacerlo, solo es momentáneo, juntaremos lo suficiente y nos largaremos a hacer una nueva vida.

─Pero Hyejin y Hwan...

─Los llevaremos con nosotros, estaremos bien.

Keonhee asiente feliz y se levanta, las calles le han enseñado que no se debe confiar en cualquiera.

Pero Youngjo no es cualquiera.

Llega a su casa a su casa y se encuentra con el lugar hecho un desastre, vasos y líquidos de dudosa procedencia están regados por el suelo, clara señal de la fiesta que de seguro tuvo su madre anoche.

Camina siendo cuidadoso para no hacer ruido hasta acercarse a la habitación que comparte con su hija, entra y se encuentra con la pequeña dormida en el suelo usando su brazo como almohada, al lado de ella hay un libro para colorear y un par de crayones regados, Keonhee sonríe enternecido y se acerca más para tomar a su niña entre sus brazos y la sube a la cama para que descanse mejor.

Mi Religión [Seohee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora