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Con un nudo en la garganta y una ola de sentimientos cruzando su mente decide mandar todo a la mierda, así como Seoho lo ha hecho.

De verdad le gusta y quiere intentar algo.

No sabe si valdrá la pena o el tiempo que les tome, pero por lo menos quiere dar ese paso a lo desconocido.

La boca del mayor cubriendo la suya, moviendo sus labios al compás de los suyos y sintiendo la invasión de su tímida lengua.

En definitiva, es una gran manera de callar sus dudas.

Se separan levemente y deja una leve mordida en el labio inferior del padre, este sonríe y pega sus frentes, de verdad está feliz.

─Entonces, ¿Aceptas arriesgarte conmigo? ─pregunta el más alto.

─Sí, Seoho, quiero intentarlo ─accede seguro─ ¿Qué haremos entonces? Es decir, eres el padre.

─Por eso no te preocupes porque ya lo he pensado, solo quédate a mi lado y estaré bien.

Tiene que hablar con Changkyun y así llegar a otro remedio que lo libre del trato, no está dispuesto a decepcionar a este hombre que tanto ha dado por él.

Con una idea en la cabeza está más que seguro a empezar de cero, iniciar una nueva vida y así intentar cambiar las cosas.

─ ¿Me dejan acompañarlos a casa cuando terminemos de comer? ─pregunta Seoho─ aún no sé dónde viven.

─Claro ─accede separándose─ Hyejin sigue dormida y dudo que despierte en un buen rato, guardare algo para ella.

El alto asiente y sirve los alimentos para ambos, sabe que esto va a repercutir en sus actividades, pero no le importa.

No quiere mantener su relación en secreto y sabe que entonces solo hay una opción.

Aunque Keonhee es ese impulso que necesitaba no es una decisión que haya tomado de la noche a la mañana.

Deslindarse de la iglesia.

Hay detalles con los que no está de acuerdo, cuestiones que han puesto en duda sus prácticas desde un inicio.

Quiere seguir sirviéndole a Dios de otras maneras.

De alguna forma en la que pueda mantener a Keonhee a su lado.

En cuando terminan de comer limpian la mesa y Keonhee entra por su hija a la recamara, de verdad la conoce muy bien porque sigue dormida.

Antes de que pueda moverse Seoho la carga en brazos y le da una señal de Keonhee para que camine, este obedece y salen de la casa.

Como es de esperarse la mayoría de miradas se enfocan en ellos, Keonhee quisiera saber porque no tienen otra cosa más interesante en sus vidas, tal vez si lo tuvieran no le prestaran atención a la de los demás.

Seoho camina despreocupado sin prestar importancia a la atención recibida.

Le han dicho tantas cosas de Keonhee de las que él mismo ha comprobado son incorrectas, es un gran chico, atento, amable, bondadoso y gentil.

─Es aquí ─avisa el bajito una vez están en la puerta─ lo invitaría a pasar, pero vivo con mi mamá y no sé qué tan presentable esté el lugar.

─Descuida de todos modos debo irme ─avisa extendiendo a la pequeña para que la reciba su papá─ y por lo demás insisto en que no debes preocuparte, queremos estar juntos y eso no es malo.

Keonhee asiente esperanzado y resiste la tentación de besarlo porque alguien podría verlos y no quiere arruinar la reputación del padre.

No sabe lo que planee hacer, pero tiene una idea, aun así es muy pronto para ello.

Mi Religión [Seohee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora