Capítulo 2: Niño Tímido y obediente

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Entraron a un pequeño restaurante, Evan ignoró confundido las miradas despectivas que recibía en su camino.

También arrugó un poco la nariz ante la casi imperceptible mezcla de olores que le llegaron, no se había dado cuenta que al parecer ahora tenía una nariz un poco sensible, no creyó fuera importante por lo que simplemente decidió no pensar en eso. 

Se preguntaba cuanto llevaban en ese motel y porque estaban ahí, era algo que necesitaba averiguar, pero antes de eso necesitaba ocuparse de algo más.

En su camino había revisado una vez más la cartera de Evan Clare, descubriendo que la cantidad de dinero que poseía era una suma ridícula, suficiente quizás para solventar gastos básicos durante dos días. Depositó a Chris en una de las mesas vacías, después se posiciono sobre una rodilla frente a él.

—Iré a buscarnos algo de comer, ¿hay algo que quieras en especial?

Chris bajo la cabeza y negó apresuradamente.

—Mmm, ¿quizás panqueques?

Eso pareció llamar la atención del niño, pero al segundo siguiente volvió a negar apresuradamente.

—¿Realmente no quieres?

—Papá... ¿papá tiene dinero? Papá se enoja conmigo cuando no tiene dinero...

—… Oh... Papá ya te dijo no se enojará mas.

—Pero...

—Esta bien, tengo dinero. Así que espera aquí mientras tanto, ¿esta bien?

Chris asintió, Evan se puso de pie, controlando la pena que sentía por la situación de ese niño. Se acercó a la barra y llamó a una mesera de mediana edad que al verlo suspiró y negó con la cabeza.

—Hola, Evan.

Mantuvo su confusión a raya. Se fijo en la etiqueta con su nombre.

—Hola... Trudy.

—Hoy no puedo ayudarte, cariño. El gerente esta aquí y algunas de las meseras ya hablaron con él, diciéndole que vienes por comida gratis, dijo que ya no podrá descontarme tus comidas de mi sueldo... Lo siento —susurró apenada.

Evan entendió enseguida, suspiró internamente.

—Yo… entiendo, pero… —miró a la mesa donde había dejado a Chris, la mesera siguió su mirada—, ¿hay algún trabajo qué pueda hacer para pagar la comida?

Trudy miró sorprendida al joven frente a ella, era la primera vez que se ofrecía a trabajar y pagar por su comida, sintió pena en su corazón al ver a padre e hijo, ella había estado dándole comida para llevar en los últimos días, no conocía muy bien su situación, pero sabía no era buena, la situación de Evan le recordaba a la de su hija y nieto hacia algunos años. Por ser lo que era las cosas eran doblemente difíciles para él.

—Iré a hablar con el gerente, espera aquí.

Evan sonrió agradecido.

Volvió a revisar la mesa donde se encontraba Chris, solo para descubrir el niño miraba fijamente la ventana, sin moverse. Frunció el ceño ante la expresión sin emociones que vio en su rostro.

Solo necesitaba verlo para sentir como su corazón se ablandaba un poco más, no solo por la lastima. Evan recordó su propia niñez antes del orfanato.

—Evan…

Trudy lo llamaba desde un pasillo junto a la cocina.

—He conseguido que el señor Santos te escuche, lo demás depende de ti.

Despertando como un personaje secundario en una novela BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora