Chris se sentó a la mesa luego de que Evan y la madre de Marco, Elena, terminarán de colocar los platos y cubiertos, madre e hijo también lo hicieron seguidos por las gemelas hijas de Francis, el omega moreno y de ojos ámbar depositó una canasta con pan y una jarra de agua de limón en medio de la mesa antes de regresar a la pequeña cocina por el resto de la comida. El hombre los había invitado a comer luego de mudarse y establecerse.
—¡Pollo frito! —dijo Ariana animada, al ver el pollo ser colocado sobre la mesa por su padre.
—Espagueti —la siguió Alex, mirando la pasta.
—Es su comida favorita —aclaró Francis divertido, tomando asiento.
—Oh, de Marco también —comentó Elena.
—Todo se ve delicioso —dijo Evan—, gracias por invitarnos.
Mientras comenzaban a comer vio a Marco mirar las piezas de pollo cada poco, sin embargo, el chico no estiraba su mano para tomar una pieza, solo continuaba comiendo con lentitud el espagueti en su plato. Los ojos del niño eran de un color más vibrante que los de Evan, pero aún así su color le parecía opaco en comparación a los del omega. Se preguntó si eso se debía a la clara tristeza que llevaba consigo como su madre. Marco le recordaba un poco a él mismo cuando realmente había tenido cinco años, su actitud apagada y distante, temeroso de todo.
Aunque eso no había durado mucho, a diferencia de Marco, a sus diez años Chris había comenzado a salir a la calle, había comenzado a involucrarse con personas por las que años más tarde se uniría a una pandilla. Se había involucrado con delincuentes, realizando trabajos cada vez más cercanos a la ilegalidad, todo había comenzado por la necesidad de alejarse de la toxicidad de su padre y por la necesidad de encontrar una forma de mantenerse a si mismo, después Chris había conocido lo verdadero y horrible que podía ser el mundo con un niño por el que nadie se preocupaba.
Se había llenado de odio hacia todo y todos, pero al final, su vida había terminado de la forma patética en la que recordaba había comenzado. Como un niño triste y abandonando, como un idiota humillado y engañado.
Chris tocó la mano de Evan, una acción no solo hecha para llevar la atención del omega al niño, sino para recordarse ya no estaba solo y ahora tenía a alguien que lo quería, Evan le sonrió con cariño al entender lo que buscaba, parecía aprobarlo y sentirse orgulloso por un gesto tan insignificante como ese, hizo que la calidez se expandiera dentro de Chris, el omega tomó las pinzas para colocar una pieza de pollo en el plato de Marco.
—Gracias —susurró el niño, avergonzado. Mirando de Chris a Evan.
Sin contestar, Chris volvió su atención al frente, alejando su mano de la de Evan, ignorando cuan pocas ganas tenía de hacer eso, pronto no supo como reaccionar cuando se topó con la mirada agradecida de la madre de Marco.
—¿Qué estamos celebrando? —preguntó el omega rubio, regresando de dormir a Mango.
—Fui ascendido —respondió Francis con calma, sirviendo pasta en el plato de Alex.
—¿Tan rápido?
El omega rubio se sentó junto a Evan quien también colocó una pieza de pollo en el plato de Chris y lo instó a comer con unas suaves palabras. Chirs se vio obedeciendo sintiendo ese sentimiento cálido crecer ante el cuidado que el hombre le mostraba.
—Lo sé, Matt, pero se debe a una nueva administración en el hotel. Ahora soy jefe de meseros.
—Felicidades —dijo Elena con alegría sincera.
—Rápido o no, te lo mereces —opinó Evan.
—Vamos, estas sobre calificado para ese trabajo. Eres el único de nosotros con una carrera, aunque nunca la hayas ejercido, además… le gustas a tu jefa. Ah —sonrió Matt, moviendo sus cejas.
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Despertando como un personaje secundario en una novela BL
RomanceEvan se convirtió en un personaje insignificante en el mundo de una extraña novela de romance entre hombres. Fue considerado un villano, siendo humillado y rechazado. Evan solo quería vivir en paz para criar a su pequeño, esperando no toparse con n...