Adam se estacionó a una cuadra cerca de la escuela para no obstruir innecesariamente, según un grupo de padres en línea, era lo correcto por hacer. De la guantera tomó la identificación que Evan le había entregado semanas atrás y sin pensarlo se la colgó en el cuello.
Debía respetar las reglas que le proporcionarían seguridad a su hijo, más debido a que era escuela pública pensó.
No se sentía especialmente nervioso por pasar el resto del día a solas con Christian, pero si sentía expectativa. Sobre todo por el lugar a donde planeaba llevarlo.
Caminó hacia la escuela, deteniéndose a observar la afluencia de personas frente a las puertas, vio las filas que comenzaban a formarse guiadas por personal de la escuela y se acercó al escuchar el grado y salón de su hijo.
Curioso siguió mirando su alrededor, era la primera vez se encontraba en una situación como esa, jamás habría imaginado que algún día estaría recogiendo a un hijo suyo personalmente de la escuela. No era siquiera algo que hubiera experimentado el mismo como niño. Aunque al regresar a casa su mamá siempre lo había estado esperando en la puerta, dándole un enorme abrazo de bienvenida cada vez.
Se preguntó que expresión haría Chirs si al salir lo viera sobre una rodilla con los brazos abiertos.
Conociendo a su hijo fingiría no conocerlo y se alejaría.
Era probable ni siquiera se lanzara a los brazos de Evan, tal vez en privado, eso seguía diciendo mucho de su carácter a tan corta edad.
La relación de Chris y Adam nunca seria de ese tipo, el distanciamiento que existía no se había resuelto con unos cuantos meses de convivencia forzada.
Hacía falta que uno de ellos estuviera dispuesto a abrirse, y Chris a pesar de ser un niño, no lo estaba.
Ni siquiera se había abierto por completo a Evan.
Adam entendía porque el niño aceptaba los recursos que podría brindarle, entendía solo era útil para él, nada más. No era algo que lo molestará, al contrario, lo aprobaba. Sobre todo porque lo único que Chris parecía querer mas que nada era la protección que podría darle a él y Evan.
Eso último en realidad lo preocupaba, temía estuviera relacionado a lo que Chris claramente ocultaba. La razón detrás de la maraña de emociones que llegaba a vislumbrar en sus ojos. A ese miedo que ocultaba.
La fila donde estaba comenzó a avanzar, poco después se identificó frente a una maestra omega y dijeron el nombre de Chris.
A diferencia de otro niños, al verlo su hijo no sonrió y por supuesto no lloró, sorprendentemente tampoco se vio tan indispuesto como habría imaginado.
«Realmente se ve adorable», pensó mientras el niño venía hacía él, recordando las fotos de esa mañana.
Adam se acercó para encontrarlo y tomar su mano, ya sea por las personas alrededor o por alguna indicación de Evan, Chris no lo evitó, tomados de la mano caminaron hacía el coche.
–¿A dónde iremos? –Había hablado antes de que Adam pudiera comenzar a preguntar sobre su primer día de clases, pero que tomará la iniciativa era algo bueno.
–A una florería.
Su hijo pareció confundido. Adam lo miró con seriedad.
–Quiero que conozcas a alguien.
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Chris nunca había visto a Adam tan solemne.
El alfa llevaba las rosas blancas en una mano y con la otra sostenía la mano de Chris, en silencio ambos avanzaron sobre el claro mármol hacía lo que parecía ser una alta pared que contenía urnas en el interior.
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Despertando como un personaje secundario en una novela BL
RomanceEvan se convirtió en un personaje insignificante en el mundo de una extraña novela de romance entre hombres. Fue considerado un villano, siendo humillado y rechazado. Evan solo quería vivir en paz para criar a su pequeño, esperando no toparse con n...