Capítulo 26: Promesa

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Chris había sabido que el señor Cheng hablaría con Evan sobre lo que había hecho. No porque se hubiera quejado de su comportamiento, sino porque el omega mayor probablemente había adivinado que si no decía algo, Chris no hablaría con Evan.

Evan no había parecido molesto al saber lo que había hecho Chris, no creía lo volvería a ver molesto o decepcionado a menos que hiciera algo realmente malo o se pusiera en algún tipo de peligro, aún así, si se había visto preocupado, cansado. A Chris no le gustaba ver esa expresión en su rostro, odiaba ser responsable de hacerlo sentir así aunque fuera solo por un momento.

Luego de la ducha y de que se pusiera su pijama, salió hacia la cocina, en la mesa estaba Evan tomando una taza de té como comenzaba a acostumbrar antes de dormir, con un gran suéter azul suelto que usaba para andar en casa junto pantalones grises de chándal. Su codo izquierdo estaba sobre la mesa y apoyaba su barbilla sobre la palma de su mano, su cabello estaba suelto a diferencia de como lo usaba la mayor parte del tiempo, su atención puesta en el libro que Chris había traído de casa del señor Cheng.

Evan se veía cálido, apacible y cariñoso, su aroma era dulce y suave, reconfortante, una parte de Chris solo deseaba acercarse y pedir ser abrazado para siempre.

A pesar de su deseo, Chris no se acercó.

Minutos después, Evan se movió y recuperó la taza de té.

—¿Vas a decirme porque lo hiciste? —preguntó con voz tranquila, su mirada paciente y reflexiva moviéndose sobre Chris— Creí no te interesaba saber nada de él.

Chris se movió incómodo.

—… Sentí curiosidad —dijo parte de la verdad. Lo que lo había llevado a investigar a ese alfa era más que simple curiosidad, era una necesidad de respuestas y de intentar averiguar si les daría problemas.

Evan solo suspiró antes de beber de la taza.

—¿Quieres contarme lo que encontraste?

«No», pensó, «pero tengo que.»

—El hotel donde trabajas es de la familia de ese hombre, ¿lo sabías?

—Si.

—¿Y no crees es sospechoso? —preguntó sorprendido, caminando hacia él.

Evan tardo un momento en responder, como si se tomará el tiempo para pensarlo.

—Chris, estas pensándolo demasiado —tocó con cuidado la mejilla de Chris cuando llegó junto a él—, no debe ser más que una coincidencia.

Chris negó con la cabeza, «no puedo ser tan simple.» Recordó lo que había leído sobre el hombre siendo rival de esa maldita familia.

—Él también conoce a… —Chris hizo una mueca. Meditó lo que iba a decir, no quería hablar sobre la existencia de esos dos pero tampoco quería volver a dejar al omega en la ignorancia y ponerlo en peligro. Recordó cuando no le habló sobre las castas, en cuanto peligro podría haberlo puesto si se hubiera tardado más en darle una pista.

Evan lo miró preocupado, apartó el libro y dejó la taza.

—¿A…?

—Mi padre —dijo, un segundo después se tomó un momento para recomponerse—, no solo buscaba a su familia. También buscaba a otro hombre, un alfa…

El antiguo Evan no lo había hecho en esta vida, la primera vez que viera a William Blake había tenido seis años, sin embargo no había forma de que Evan supiera eso. Así que podía mentir para advertirle.

—Ese alfa odia a mi padre. —Por un momento, Chris se vio a si mismo llorando tras a su padre, quien era retirado a la fuerza de un edificio mientras ese alfa solo los miraba con desprecio.

Despertando como un personaje secundario en una novela BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora