Capítulo 24: Advertencias y pánico

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Tomados de la mano, Chris y Evan salieron del pequeño y modesto restaurante, Chris metió su pequeña barbilla en su bufanda azul mirando hacia al frente, y siguiendo el ejemplo de Evan, fingió no saber un hombre los seguía a pocos metros de distancia.

La tensión en el omega había sido casi palpable durante gran parte de su almuerzo, donde un hombre rubio los había estado observando desde prácticamente ingresar al restaurante. El hombre, claramente un alfa, había sobresalido entre el resto de comensales, viéndose demasiado elegante a pesar de vestir de manera informal con suéter, jeans y abrigo, también le había parecido demasiado familiar. El hecho de que Evan aceptará la atención del hombre y hubiera decidido permanecer en el restaurante provocaba Chris frunciera el ceño.

Caminaron hacia una calle medianamente concurrida con puestos ambulantes, Chris suponía la identidad del hombre de gafas cafés, solo debía pensar en la conversación sobre su padre alfa que Evan había sacado hace días y sobre todo, en los resultados de laboratorio que había descubierto.

Evan había creído Chris dormía cuando había escondido dentro del futón aquel sobre blanco, mientras el omega se duchaba por la mañana él había sacado el sobre, curioso por la razón que había llevado a Evan a esconderlo.

Frunció aún más el ceño al recordar lo que había leído.

—¿Estas molesto por mi decisión? Es lo mejor para tu educación, Chris. Tu desarrollo social y educativo se vería afectado si te dejará hacer lo que quieres.

No había podido convencer a Evan de saltarse la primaria, al no conseguir eso había pasado a su plan b, dejar que se le permitiera tomar un examen en el que definitivamente se aseguraría de no cursar el preescolar ni el primer año de escuela primaria.

Relajó su expresión.

—No lo estoy. Entiendo.

Realmente no lo estaba, Evan no se había impuesto sobre él a pesar de ser un niño, como siempre sucedía con Evan, Chris había sido escuchado, sus deseos y opiniones habían sido tomadas en cuenta, habían sido respetadas. Pero sobre todo, sabía Evan pensaba en su bienestar más que nada.

Evan le sonrío con aprobación y Chris apartó la mirada avergonzado. Su corazón aligerándose como una pluma en su pecho.

Obtuvo de reojo un vistazo del alfa rubio.

Chris miró hacia uno de los puestos, entonces apretó la mano de Evan para obtener su atención.

—¿Podemos comer una? —señaló el cartel de crepas a varios puestos frente a ellos.

Evan se mostró sorprendido ante la inusual petición, pero en seguida sonrió contento, llevándolo en esa dirección.

—Por supuesto que si. 

Se formaron en la pequeña fila, cuando fue su turno de ordenar Chris le dijo lo que quería y entonces soltó su mano alegando amarraría sus agujetas. Mientras Evan comenzaba a decir su orden, Chris se alejó de él, con pasos rápidos se dirigió al alfa rubio que estaba alejado del bullicio del mercado.

Lo vio retirarse las gafas mientras se acercaba, al detenerse frente a él y obtener una mejor mirada, lo reconoció. Apretó las manos en puños.

—¿Eres mi padre alfa? —la pregunta dejó un sabor amargo en su boca.

El rubio lo miró en silencio, sus ojos recorriendo su rostro.

—¿Te lo dijo tu papá?

—Lo averigüé por mi cuenta.

El rubio alzó una ceja. Claramente dudoso.

—Encontré los resultados y recuerdo haberte visto hace unos meses. Pasaste frente a nosotros. Ahora nos sigues, ni aquella ocasión ni esta parecen ser una coincidencia —explicó, no deseando ser menospreciado.

Despertando como un personaje secundario en una novela BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora