Separación

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—Sabes que es lo mejor—tomo en mis manos el documento que me extiende Alexis y paso saliva —simplemente no funcionó.

—¿Dónde firmo? —Es mi pregunta buscando dentro del grupo de documentos un lugar en que hacerlo.

No me molesto en verle a los ojos, menos estoy dispuesta a rogar por amor. Este matrimonio fue condenado al fracaso cuando mi padre me obligó a casarme con un hombre que amaba a otra.

Encuentro el sitio tomo la pluma y estampo mi rúbrica en el sitio correspondiente. Lo hago, aunque mi corazón se rompa en mil pedazos, porque se que es lo adecuado para ambos. Tuve doce meses para lograr que me quisiera, pero no fue suficiente.

Con tres trazos en lugares distintos, encima de una línea negra, di por terminado un sueño que nunca pude obtener. Es mi castigo por todos los errores cometidos, atrás quedaron las ganas de ser una persona mejor solo para que se sintiera orgulloso de mí.

Controlo el temblor en mis manos empuñándolas, me incorporo de la mesa de comedor recogiendo el sobre rosado. Observo la cena en la mesa, las velas, rosas y toda la comida dispuesta para ese día especial.

—Espero que encuentres la felicidad que no pude darte —le interrumpo y sigo sin poder verle. —dame unas horas para desocupar tu casa

—Es tu casa…

—¡No lo es! —le aclaro en calma. —todo esto es tuyo, mi padre fue claro.

—Es injusto…

—La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo —platón la había definido muy bien y me representaba en ese instante —todo esto te pertenece, aun conservo un empleo.

—Dijiste que tenias algo importante que decirme…

Sonrío ante lo irónico que pregunte eso luego de pedirme el divorcio y niego.  “—Mereces esto y más, por todos tus errores”. Me dice aquella voz que me atormenta.

—No era importante, le diré a Gregory que me ayude.

Me alejo de su presencia ante el temor de rogarle que no me deje y humillarme ante él. Empuño en mis manos el sobre guardándolo en el bolsillo de mi pantalón y subiendo las escaleras.

“—Cabeza en alto, espalda firme y ojos secos —parece estar escuchando a mamá—que no se den cuenta que te vencieron”

Alexis O’hurn Ivannov, mi exesposo era hijo de Ivanna y Vincent, un norteamericano y una rusa bastante divertidos. Mi familia y la suya estaban unidos más allá de que Ivanna y mi madre eran primos. Antes de ello Vincent O’hurn y Jason Frederick, nuestros padres, estuvieron en la armada siendo mi padre superior de Vincent.

Después de ambos salir por situaciones distintas, una serie de coincidencias los hizo verse y la tragedia los unió. Resumen, crecimos como amigos y casi hermanos. Fuimos juntos a la escuela, universidad y compartimos grandes momentos. Alexis cuidaba de mí y me protegía de todos, acto que aumentó al encontrarme inconsciente en la preparatoria.

El destino se empeñaba en burlarse de mi en fijarme en hombres que no me amaban, pero si a mi hermana. Existe una larga lista de ellos en mi vida, tantos que mi familia acabó por pensar que lo hice adrede.

Hablaré del último de ellos, por considerarlo el que acabó dejándome en la situación en la estoy en estos momentos. Ethan Jobs, el hombre que se acercó a mi para llegar a mi hermana con quien tuvo una relación que acabó mal.

Ethan se acercó a mi para saber de Isabella en su momento no fue claro en ello. Después las cosas cambiaron, la amistad mutó, él empezó a comportarse como un hombre enamorado y yo…

El Demonio que habita en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora