Ni esposos, ni amigos, aliados...

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Flashback

—Espero no te moleste que llegara —se excusa cubriendo su cuerpo con una cobija.

Solo puedo negar, sin poder evitar la manera tierna en que deja un beso en su frente, limpia su mejilla o la ve. Si no tuviera la certeza que está felizmente casado estaría enojado por lo que veo. No obstante, no tengo moral para hacerlo.

La mente no conoce de esto. Me invita a salir a los pasillos y afirmo, tengo curiosidad por conocer un poco más sobre lo que le tocó vivir.

—Me acabo de enterar de cual fue tu causal de divorcio.

—Se ve estúpido ahora, en aquel tiempo no lo vi asi.

—Madures le llaman —comenta cerrando la puerta tras él y ubicándose justo al lado de esta. —¿Has sentido alguna vez que te ahogaras si no dices lo que sientes?

—Un par de veces —confieso.

—Ella notó mi comportamiento, también que mi rendimiento bajaba cada vez más. Estaba en una relación con un compañero de trabajo, contrario a mí, no tenía problemas en decir su inclinación. Me puso entre las cuerdas al terminar conmigo, se había aburrido de fingir amistad.

—Puedo imaginar lo que sucedió al decírselo a ella —comento y sonríe afirmando —primero fue el tirón de orejas, el regaño y luego el consejo teórico practico.

Juno se sorprende por mi comentario, al parecer, he dado en el blanco y me encojo de hombros. Son las virtudes de casarme con mi mejor amiga, le comento y su risa aumenta.

—Lo más difícil fue confesarle a mi padre, mi madre ya contaba con muchas sospechas —sigue —papá siempre quiso un varón, que como él entrara a la policía y fuera héroe. Asi que dé ante mano supe era una tarea difícil.

—¿Te aceptó?

—No inicialmente, ni en los meses que siguieron. Nos llevó años a mi esposo y a mi ser aceptados. Empezó a acercarse cuando supo que había rescatado a un primo, hijo de una hermana suya, mi tía —me explica.

El chico de siete años era constantemente golpeado por su madre alcohólica con quien vivía ya que su padre había muerto un año atrás. Siendo su jefa su conforte y consuelo, le comentó los hechos, le habló que quería la custodia.

—En ese punto ya estábamos casados, vivíamos bien. Nos ayudó con unas llamadas, hizo algunas visitas y ofreció algunas cosas. Yo le dije que era soborno, ella aseguró que era...

—Intercambio de favores no legales. —sigo por él y afirma con rostro risueño.

—En el último ataque Dick me llamó, estaba con ella y juntos lo llevamos a la clínica —se nota afectado por lo que está recordando, pero mi deseo de saber es más grande que mi sentido común —debió ver como lo dejó, estaba deshidratado, con anemia severa, cicatrices de soga en su espalda, algunas viejas otras nuevas.

Ambos tuvieron que salir para no llorar delante del niño, la trabajadora social le había pedido hacerlo. Cuando me da el nombre de la clínica recuerdo que es la misma de la foto que Kamil le tomó. Si ella le siguió debió ver al niño junto con su estado, la presencia de autoridades debió ser una señal.

—Recibí una foto de ella llorando abrazada a ti —confieso —otra tuya besándola.

—Le agradecía todo lo que hizo y nos consolábamos ambos—manifiesta —el beso fue por felicitándola por el bebé, cuando Dick me llamó estábamos esperando la cita del primer control, ya nos habían dado el resultado.

El Demonio que habita en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora