8- ¿A Qué le Tenés Miedo?

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"¿A qué le tenés miedo?" Así empezaba la frase y, yo pensaba "¡Qué tontería! ¿Miedo yo?".

A medida que avanzaban las palabras todo cobraba sentido. Tal parece que aquello que quiero alcanzar, lo que más anhelo supone un esfuerzo, tomar riesgos, aventurarse; el desplazamiento de la comodidad. Y eso asusta... Miedo a que lo que la vida me depare no sea lo que yo quiero; miedo a que mis sueños y mis responsabilidades no concuerden...

Y ¿Qué hay detrás de la meta? ¿Qué hay más allá de lo que no puedo ver? ¿Estaré a la altura de las circunstancias?

¡La duda asusta! No saber con certeza cuando tengo que hacer lo que quiero hacer. No saber si estará bien o mal hacerlo de tal o cual modo. En definitiva, no estar segura de nada. Cuando te encontrás ante la puerta del destino no sabes si abrir o quedarte ahí parada. ¿Y si quien escribió el mío no contemplaba mis aspiraciones actuales? Y si yo me elaboro uno, ¿lo haría mejor?

¿Por qué es tan difícil tomar una decisión? Ya hice mis listas de pros y contras, ya sé cuáles serán las consecuencias de mis actos, y aún así no puedo decidir si abrir la puerta o dejarla cerrada para siempre.

Crecer asusta. A cada paso me encuentro con que son diferentes los desafíos y cada vez son más difíciles. En retrospectiva todo se ve lejano y distante, las pruebas superadas tienen una tilde y una carita feliz. Pero lo que sigue adelante es desconocido. Las experiencias anteriores me enseñan que cuando me imagino algo, siempre pasa lo contrario, y que cuando uno se confía todo sale mal. Pero algún sabio dijo que no se puede aplicar la misma técnica o método para resolver todos los problemas, porque cada uno es diferente. Al crecer, nosotros también somos diferentes y estamos más aptos para superar otros obstáculos. Entonces ¿por qué es tan difícil confiar en uno mismo, confiar en tomar buenas decisiones?

Yo creo que lo más difícil es enfrentar el sacrificio. Todo sueño requiere un sacrificio, ya sean tiempo, dinero, esfuerzo, dejar de lado algunas cosas, alejarte de algunas personas o incuso abandonar temporalmente otros sueños. El resultado del sacrificio de hoy se ve mañana, o tal vez dentro de un año o más. ¿En que ocupamos nuestros pensamientos mientras tanto? La incertidumbre nos lleva a bajar la vista de la meta. ¿Es posible perder el rumbo a mitad de camino, olvidar por lo que luchábamos? Ese es el miedo más grande. La inseguridad de si lo que deseamos hoy permanecerá mañana. Nadie nos asegura que no seguiremos cambiando.

Pero como a los miedos hay que enfrentarlos en algún momento, tal vez todas estas preguntas no tengan sentido una vez que lo hagamos. Después de todo, en el pasado ya nos preguntamos lo mismo, y hoy vemos una lista de pruebas superadas con una tilde y una carita feliz al lado. ¿Quién nos dice que en el futuro no estaremos mirando este mismo problema y pensemos: "misión cumplida"?

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