Cinco

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- Gracias por la fiesta - Izuku sonrió a sus colegas mientras se dirigia a su escritorio
- No esperaba verte hasta el mediodía - dijo Mina - Se supone que debes emborracharte en tu cumpleaños y tomarte la mañana libre al día siguiente. No llegar media hora antes.

- No lo sabía Mina. Quizás el año que viene
- Aizawa quiere verte - anunció Tenya, dejando el correo sobre su mesa - Has recibido dos llamadas de...tu marido.

- Gracias - dijo Deku. El teléfono sonó varias veces en su casa y aunque supuso que era Katcchan aún no estaba listo para hablar con él - Hazme un favor ¿quieres Tenya? Si vuelve a llamar dile que estoy en una reunión

- De acuerdo - Tenya sonrió encantado - ¿Sigue en pie la cena de la semana que viene?
- ¿Cena?
- Anoche dijiste...
- Ah si...me parece bien - asintió Deku
- ¿Te va bien el martes?
- Si, el martes - contestó el peliverde

Tenya volvió a su mesa y Deku escuchó los mensajes de su buzón de voz antes de ir a ver a su jefe. Aizawa estaba al teléfono cuando llegó. Se sentó frente a él cuando llegó y esperó a que acabara, contemplando las fotos de su boda y de sus dos hijas que había en su escritorio.

Pensó que era un hombre agradable, dedicado a su familia. Se preguntó si él podría llegar a tenerla o si estaba destinado a ser un brillante profesional el resto de su vida. Ambas etan buenas opciones, pero la experiencia demostraba que con suerte solo se conseguía una de ellas.

Deseó saber hacia dónde iba su vida. Pasar la noche con Katcchan lo había confundido mas aún; ya ni siquiera estaba seguro de haber superado la relación. El recuerdo de sus labios y sus brazos rodeándolo hacía que se sintiera vacío y desprotegido sin él.

- Veamos Izuku - Aizawa colgó el teléfono y lo miró - Hemos tenido algunos problemas de números con la nueva cuenta. Creo que los contables tendrán que... - sonó el teléfono y lo levantó abruptamente - Sí. No. Solucionalo tú - volvió a colgar - ¿Dónde estaba?

- Hablabas de la contabilidad
- Si, yo... - el teléfono volvió a sonar - Lo siento, espero una llamada importante - levantó el auricular - ¿Si? Entonces hazlo - colgó y suspiró - Mira será mejor que hablemos en el almuerzo así matamos dos pájaros de un tiro.
- ¿Reservo una mesa en Luigi? - preguntó Deku
- Si, a la una

Cuando Deku regresó a su escritorio tenía dos nuevos mensajes de Bakugo.
"Hola, siento haberme ido tan pronto esta mañana. Tenía asuntos que atender. Nos vemos luego." Decía el primero. Deku se preguntó si sería una excusa. Quizás lo asustara que él diera demasiada importancia a lo de la noche anterior.
"¿Te apetece verme el pelo a la hora del almuerzo?" Decía el segundo. Daba un numero de teléfono y de la habitación y le pedía que lo llamara.

Izuku no pudo evitar sonreír, ya que Bakugo nunca se asustaba. Seguramente le daría las gracias por la noche pasada y le preguntaría si había firmado la demanda de divorcio.

Anotó el número y siguió trabajando . No le apetecía llamar, no sabía qué decirle. Quizás fuese porque lo avergonzaba lo ocurrido o quizás se debiera a un sentimiento más profundo.

Decidió analizarlo más profundamente más tarde. Bakugo esperó un par de horas a que Deku lo llamara, intentando concentrarse inútilmente en unos documentos del astillero.

No debería haberse ido así por la mañana, pero Kirishima iba a enviarle unos documentos por fax y Deku dormía tan profundamente que no quiso despertarlo.

Impaciente decidió ir a verlo, no podía esperar hasta el almuerzo. Con un suspiro guardó los documentos en el maletín. No había tenido intención de hacerle el amor a Deku. Lo deseaba, muchisimo, pero su marido había bebido y temía haberse aprovechado de la situación.

Abandonado (BakuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora