Abandonado (BakuDeku)

Siete

A Izuku lo sorprendió lo rápido que se pasó la tarde, deshizo la maleta y al fondo del armario descubrió ropa que había olvidado que tenía.

Sacó esos pantalones y camisas que al verlos mejor le traían buenos recuerdos.

Pero había otras ropas que solo le trajeron recuerdos dolorosos como el pantalón azul y la camisa entallada negra ya que era lo que llevaba puesto cuando descubrió que Bakugo lo engañaba.

Estaban en una función del club de polo y oyó una conversación en el aseo. Desde ese momento su vida cambió.
- Creo que me he enamorado - decía un jóven - Nadie me ha excitado nunca así. El sexo con él es increíble.

Deku había reconocido la voz de inmediato. Era Kirishima, el secretario de Bakugo.
-¿Y Katsuki siente lo mismo? - preguntó su acompañante
- No lo sé pero si sé que no ama a su marido. Es muy normal, no es su tipo.
-¿Marido?
- Karsuki está casado- decía Kirishima - Pero Izuku ,así se llama su marido, es medio tonto y...tu ya sabes. No es su tipo.

- No sabía que Katsuki era casado
- Solo llevan casados seis meses
- Deberían seguir de luna de miel. Son los mejores momentos en un matrimonio
- Si, supongo. Pero Katsuki no es feliz. No puede serlo o nunca engañaría a su marido. Ese matrimonio es una farsa, seguro que Bakugo desgravó impuestos o algo así al casarse. Él tiene mucho dinero y supongo que Izuku también.

- Entonces ¿crees que Katsuki no dejará a su marido?
- Supongo que optó por ser más pragmático en teoría - Kirishima soltó una carcajada - Ponerlo en práctica es distinto. Es un hombre apasionado y de sangre caliente. Acabará dejando a su marido. Solo es cuestión de tiempo, ya lo verás.

Deku dejó el pantalón y la camisa sobre la silla. Se miró en el espejo recordando su disgusto. Había estado atontado durante días, demasiado dolido para sentir ira o para llorar.

Siguió durmiendo con Katcchan durante un tiempo, pero no soportaba que lo tocara. Se quedaba helado cuando él se acercaba. Pero seguía amándolo y eso lo había destrozado.

Una noche Bakugo se retrasó mucho. Trabajaba muchas horas en el astillero pero incluso así, las once y media de la noche era excesivo.

Deku fue a buscarlo sin pensar en lo que haría si estaba con Kirishima. Deseaba ingenuamente que todo sea un invento de su secretario y encontrar a Katsuki solo, trabajando.

Los vió a traves de la puerta de cristal. La luz estaba encendida en el despacho y Kirsihima estaba sentado en la mesa. Mientras los miraba, se había inclinado hacia él y lo había besado apasionadamente.

Deky se quedó paralizado un momento, después se dió la vuelta demasiado humillado para una confrontación. No tuvo otra opción más que irse de Japón para salvaguardar el poco orgullo que le quedaba. Pero fue la decisión más difícil de su vida.

El sonido de la puerta lo sacó de su ensimismamiento. Comprobó que eran casi las seis. A no ser que Katsuki haya cambiado sus habitos de trabajo, no podía ser él.

Guardó la ropa en el armario, salió del dormitorio y bajó las escaleras.
-¡Deku! Me alegro de verte - el ama de llaves de Bakugo salió del salón con una sonrisa.

- Hola May - dijo él con una sonrisa
- Dios santo niño ¿qué hiciste? Estás muy delgado
- Te lo agradezco
- No era un cumplido. Londres no te sentó nada bien
- Es porque extrañe tus comidas caseras - dijo él sonriente

- Prepararé algo especial para ésta noche...una cena de bienvenida. Me alegra verte aquí. Te hemos extrañado muchisimo.
- Y tú querías irte a un hotel - la voz irónica de Bakugo hizo que Deku se diera vuelta. Bakugo estaba junto al ventanal del salón - No puedes marcharte, May se propuso engordarte y sabes que le encantan los retos.