Once

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Era uno de los mejores hoteles de Japón y estaba repleto de parejas enamoradas. Además cada vez que Deku pasaba por recepción camino al exterior recordaba el día de su boda.

De todos los sitios donde podia alojarse aquel era el colmo del masiquismo.

Sentado en la terraza con su madrastra, intentó desayunar pero no tenía hambre. Bakugo lo llamó para preguntarle si quería que lo recogiera o que fuese por los documentos de camino al banco. Su voz casi lo hizo llorar. Contestó que no bruscamente y colgó.

- ¿Estás bien? - preguntó su madrastra
- Si, solo nervioso. He decidido venderle a Katcchan mi parte del astillero
- ¡Deku! - ella lo miró atónita
- Nunca debí hacer caso al ridículo testamento de mi padre. Solo me trajo problemas

- All Minght siempre tuvo un extraño sentido del humor - decia ella - Pero te diré algo, me avisó de lo que iba a hacer. Esperaba unirlos
- Pues no lo consiguió, fue un desastre
- All Minght me pidió que si no funcionaba y no te casabas con Bakugo te diera el astillero de todas formas. Dijo que te pertenecia por derecho

- Si, lo sé - los ojos de Deku se humedecieron - Me lo dijiste el día del funeral
-¿En serio? Apenas recuerdo el funeral
- Lo hiciste y te pedí que no se lo mencionaras a Katcchan. Lo engañé conscientemente para que se casara conmigo.
- No tenia por qué aceptar. No debes reprochartelo Deku.

- Entonces ¿por qué me siento tan mal? Papá sabia que el astillero no valía nada sin Katcchan. Posiblemente esa fue otra de sus razones para querer unirnos. En cualquier caso es tarde para recriminaciones, por eso voy a venderle mis acciones a Katcchan. Se merece el negocio, trabajó mucho para levantarlo.

Vió al prometido de su madrastra acercarse. Jhonn era un hombre apuesto  y a Izuku le cayó bien de entrada. Lo alegraba que ellos se hayan reconciliado.
- No hablemos más de eso, debemos dejar el pasado atrás y pensar en el futuro.

La cita era a las once y media pero Deku llegó unos minutos antes y le pidieron que esperara en recepción.

Hojeó unas revistas e intentó simular que estaba relajado y no que esperaba ansioso a Katsuki. Cuando se abrió la puerta y él entró a la hora exacta se le dispararon los nervios. Bakugo tenía un aspecto fresco y relajado. Llevaba unos pantalones claros y una camisa arremangada. Sus miradas se cruzaron.
Deku perdió el aliento una vez más al verlo, maldita sea.

Era tan perfectamente deseable como siempre. No obstante debia recordarse que no solo no lo amaba sino que lo hubo hechado de su casa la noche anterior. Cuando había afirmado hasta hacia unos instantes antes de ser hechado que esa era su casa también.

Cuando entraron al despacho del director del banco, Deku informó abiertamente que habia decidido vender su parte del astillero a Bakugo aceptando su oferta inicial y presentó los primeros documentos ante ellos. Al oir esto Katsuki quedó en una pieza, estupefacto por la noticia ya que en verdad no se lo esperaba.

Cuando Deku entregó los documentos firmados a Todoroki, katsuki lo detuvo aludiendo que no estaba del todo de acuerdo y pidiendo otra cita para hablar.
-No hay problema - dijo Shoto - El proximo jueves pueden venir
- Imposible - dijo Izuku - Vuelvo a Londres el domingo temprano
- Yo vendré - dijo Bakugo - Gracias por tu comprensión Todoroki.

Al salir Bakugo estaba molesto por lo sucedido alli dentro, ya que no se esperaba aquello por parte de Deku pero al querer recriminarle éste caminó velozmente en un desesperado intento por alejarse de Bakugo.

Todo habia acabado entre ellos, ahora restaba iniciar los trámites del divorcio. En definitiva su matrimonio terminó antes de empezar.

Pero Bakugo no tenía las cosas tan claras después de todo, al fin y al cabo seguia enamorado de su terco peliverde.

Abandonado (BakuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora