Xingyun Au | I'll Help You🤝

Capítulo 3: Blood

Chongyun cerró los ojos concentrado intentando analizar la situación y que cosas decir y cuales no eran necesarias para relatar su historia, entonces se sumerge en su nube de pensamientos y ahí se pierde.

Recordaba perfectamente como a los nueve años solía correr y juguetear con su grupo de amigos, asistía a la escuela muy felizmente y participaba en la mayor parte de grupos escolares, sumado a eso también tenía prácticas de fútbol.

Todos los días a las cinco de la tarde su madre se encargaba de llevarlo hasta el club donde solía jugar con sus amigos. Jugaban grandes partidos y se divertían mucho, al menos hasta que ocurrió lo que ocurrió...

Una tarde Chongyun llegó mucho más cansado de sus prácticas, pero no solo eso si no que también tenía un fuerte dolor en su espalda que casi lo estaba matando, o al menos eso aseguraba.

Sus padres le recomendaron descansar por el resto del día pero aún así el dolor no parecía querer desaparecer, a la mañana siguiente despertó con el mismo dolor infernal y no podía entender por que. 

-¿Estás seguro que no te golpeaste en la práctica de ayer?-Indagó su madre dulcemente pero con un tono de notable preocupación por su hijo quien acababa de negar.-Quizás estás poniendo demasiado esfuerzo en el fútbol, o quizás hiciste un mal movimiento o dormiste mal.-Soltaba su madre en un intento de buscar alguna explicación para el dolor de su hijo.

Pasó al rededor de una semana hasta que la madre de aquel pobre chico se cansó de mandarlo a descansar cuando aquello parecía no estar mejorando el estado del menor, por esto mismo una vez su madre logró hacerse un tiempo libre en el trabajo llevó al peliceleste a un doctor.

Luego de aquello lo único que recuerda Chongyun es como pasó una semana entera en el hospital, iban y venían, lo tenían sin comer para luego hacerle estudios de todo tipo hasta que al fin dieron con lo que parecía ser el causante del punzante dolor en la espalda del menor.

Un virus.

Un extraño virus que había pasado meses devorando y atacando la médula del joven, por lo que de inmediato comenzaron con los medicamentos, inyecciones y asquerosas pastillas para deshacerse de aquel molesto virus antes de que sea tarde.

Pero por desgracia para todos, por más que lo intentaron y se esforzaron en aquello, el virus logró mantenerse un buen tiempo allí hasta que finalmente desapareció, pero ni siquiera habiéndose ido las cosas mejoraron, su médula ya estaba dañada y las piernas de Chongyun eran iguales de sensibles que un pequeño trozo de papel.

Claro que aún existía la minúscula posibilidad de una operación de trasplante de médula pero para eso mismo aún le quedaba transitar toda la adolescencia primero y para eso aún quedaba demasiado tiempo.

Pronto Chongyun se encontraba utilizando una silla de ruedas para trasladarse a todos lados. Esa noche se suponía que debía dormirse temprano pero a pesar de que lo había intentado no pudo, se encontraba preocupado, había escuchado a su madre discutiendo por teléfono con el banco.

Su madre había consumido todo su dinero en los estudios, medicamentos y en esa silla de ruedas que ahora debía usar, la familia casi no tenía dinero y aquella pasó de ser solo una preocupación para los mayores si no que también comenzó a preocupar a Chongyun quien comenzaba a sentirse una carga para su familia.

El dinero de la familia no fue lo único que se vio afectado desde el tratamiento de Chongyun, esos meses que pasó hospitalizado lo distanciaron tanto de la escuela como de su grupo de amigos y a pesar de haber logrado finalizar el año escolar con notas decentes todo cambió al año siguiente.

Toda la escuela se vio sorprendida por lo sucedido con Chongyun y las burlas en su aula no tardaron en llegar. El de ojos claros jamás tuvo muy en claro si los profesores realmente no notaban el acoso que estaba recibiendo o solo hacían la vista gorda como si nada pasara allí mientras que él tenía que soportar los insultos, los apodos ridículos, los golpes y cualquier otro abuso.