𝙈𝙄𝙉𝙀

I

su nombre es yang jungwon. asiste a la preparatoria situada en seúl. es hijo único y lleva una vida bastante satisfactoria. no tiene de qué quejarse. únicamente si se trata de sus amigos que en ocasiones son capaces de sacarle canas verdes.

actualmente tiene una novia, sohee. ella le confesó sus sentimientos a jungwon el año anterior en medio de un campamento frente a todos, había entrado en pánico porque no quería humillarla cuando se esforzó tanto en decirle aquello, y para no hacerla sentir mal, los aceptó. pero eso no significaba que no la quería, solo que quizás a veces podía ser... extraño. en plan, sohee quiere estar todo el tiempo con él, ser parte de cada momento de su vida, y jungwon desea poder enfrentarla y decirle lo que realmente siente. sin embargo, no tiene la suficiente valentía para hacerlo, sohee era tan linda y dulce, que se le estrujaba el corazón romper el de ella.

era un estúpido, lo sabía demasiado bien.

¿su peor característica? no saberle decir a sohee que no.

se encontraba caminando hacia la entrada de la escuela, probablemente sunghoon estaría guardándole un lugar porque, otra vez, estaba llegando tarde. la culpa era de su falta de conocimiento del horario, se había quedado hasta las cuatro de la madrugada jugando videojuegos y apenas pudo dormir. y en sus ojeras se reflejaba perfectamente.

—ay, por dios, ¿a quién intentas homenajear? ¿a un mapache? —susurró sunghoon cuando había visto a su amigo entrar por la puerta trasera del curso. jungwon utilizó toda su sutileza para ingresar sin llamar tanto la atención, y hasta creyó haber sido invisible. —¿dónde estabas metido?

—no sonó mi despertador. —mintió. —debo llevarlo a arreglar.

—o conseguirte uno nuevo, ya es la cuarta vez que llegas tarde en estas dos semanas que pasaron.

—sí, lo sé.

—yang jungwon, veo que llegas tarde y encima te das el lujo de ponerte a charlar con tu compañero.

los mencionados voltearon al profesor quien parado en su escritorio los observaba desaprobatoriamente. el resto de la clase solo rio.

—a detención después de clases, señor yang. —sentenció el hombre.

—pero- ¡es viernes, profesor kim! —se quejó el mencionado arrugando su ceño con enfado.

—por eso mismo, viernes sigue siendo día de semana y casualmente tengo ganas de dejar a un alumno en detención. —el hombre hablaba sin pelos en la lengua mientras cruzaba sus brazos. —fuiste el elegido. así que te espero en la sala del segundo nivel con una escoba y guantes.

—pero...

—tranquilo, tendrás compañía porque no pienso dejarte solo.

jungwon apretó los puños debajo de su pupitre y prefirió callarse antes de empeorar la situación. nadie sabía por qué, pero el profesor kim era tan malvado como aquellos villanos sacados de una película. y, particularmente, él era su víctima preferida.

abrió sus libros a la mitad cuando el hombre continuó con lo que explicaba en la pizarra y se tiró sobre ellos dispuesto a dormir. total, el castigo ya lo tenía, por lo que no valía la pena tomar en serio esta clase.

al tocar el timbre, hora y media después, sunghoon lo despertó diciendo que su novia lo estaba esperando. se peinó un poco y procuró que su apariencia no sea tan mala como hace un buen rato atrás donde parecía un muerto viviente, y salió.

—jungwonie~ —el cabello de sohee estaba adornado de unas hebillas hermosas, lo traía ondulado con mechones detrás de sus orejas. es como si no hubiera nada malo en ella, a pesar de sus ataques terribles de histeria. —¿por qué no respondiste mis mensajes?