Cap. 11

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Era plena madrugada en la casa tradicional y un peliplata se hallaba despierto preparando las habitaciones de invitados para sus padres y hermano adoptivos.

Se suponía que llegarían antes de la hora de almuerzo.

Eso lo dejaba con tiempo suficiente para cocinar y acondicionar todo.

Por momentos, sonreía al recordar lo entretenido que fue el día anterior con su alpha y su manada.

Incluso Aidou, al cual hace mucho que no lo veía, por todo eso de la maternidad y que no podía separarse del cachorro recién nacido hasta que este cumpliera el año.

Hace mucho que no lo veía, fue gratificante saber que seguía igual de enérgico que siempre.

Mientras seguía pensando, se movía de un lado para otro en la gran casa revisando los últimos detalles.

Cuando creyó que todo estaba listo con las habitaciones, tomó rumbo a la cocina para preparar bocadillos sencillos para luego de el almuerzo, también decidió preparar dos tartas.

Una dulce para su padrastro omega y su hermano alpha.

La otra sería para él y su padrastro alpha ya que a ninguno de los dos les gustaba mucho el azúcar en exceso como a los mencionados anteriormente.

Una vez listas ambas cosas escucho que lo llamaban desde la entrada.

Sus padres y hermano habían llegado, a tiempo como siempre, ambos eran muy quisquillosos con los horarios.

Costumbres que conservaban gracias a sus largas carreras militares, Kaito en cambio era más relajado, hacia todo a su paso y tendía a tomarse su tiempo.

Llegó a la puerta y la deslizó para abrirla, divisado así, a su familia adoptiva que le sonreía.

-Bienvenidos.- dijo.- Pasen, llegaron justo a tiempo, el almuerzo ya está listo.

Entraron y primero fueron a las habitaciones señaladas por el alvino y dejaron sus equipajes.

Una vez que los soltaron y se cambiaron por ropa más cómoda, siendo sus padres más tradicionales con el ambiente que los rodeaba, decidieron ponerse las típicas yukatas.

Kaito, en cambio, solo se puso un conjunto de ropa occidental cómodo.

Llegaron a el comedor que tenia una típica mesa tradicional japonesa a ras del suelo.

Yagari y Cross se sentaron de la forma tradicional, Kaito en cambió, se sentó en posición de loto.

Una vez que todos estaban cómodos, se retiró a la cocina para regresar con las bandejas de plata que contenían la comida.

Una vez todos tuvieron sus respectivos platillos comenzaron a comer en silencio.

La verdad era que solo hablaban cuando llegaban los bocadillos y el postre, pero mientras se tratara de la comida o el almuerzo, era en un silencio cómodo.

Una vez que todos terminaron, tomó todos los platos colocándolos en la misma bandeja en la que los había llevado y ce retiró a la cocina de nuevo.

Esta vez dejando todo en la meseta para luego lavarlo.

Tomo los bocadillos preparados más temprano  y los llevó donde su familia.

Tomo los bocadillos preparados más temprano  y los llevó donde su familia

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My Sweet OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora