Capítulo [9]

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¿Por qué carajo no lo hizo?

Alex

-¿Estás bien?- le pregunté abrazándola por detrás. Nakia dejó de teclear en su laptop y cerró los ojos mostrando lo cansada que se encontraba, ya llevaba desde la mañana pegada a la pantalla. Yo hice el desayuno y ella me ayudó en la comida, más bien, preparó un platillo mexicano.

-¿Quieres saber cómo me siento en verdad?- asentí sin pensarlo, soltó un suspiro ruidoso y yo me senté en la otra silla de la mesa- Me siento fatal, pero creo que eso es parte del proceso, ¿no?

-Claro que sí, ¿y... ellos dónde están ahora?

-Bueno..., terminé definitivamente con Dennis y Matías... él se fue. No sé nada de él, conversábamos antes y ahora... ahora no contesta mis mensajes.

-Yo creo que hiciste bien, todos tenemos derecho a un respiro- concluí muy segura, Nakia me sonrió y pasó una mano por su cabello rubio, ella es muy diferente a mi en todos los aspectos. Es rubia. Sus ojos son marrones. El rostro lo tiene delgado. Tiene piernas delgadas, sus hombros finos y unos enormes pechos, absolutamente nada que ver conmigo.

En cambio yo; mi cabello es pelirrojo, mis ojos son azules, mi rostro no es delgado, tengo muchos cachetes. Mis piernas no son delgadas, no tengo pechos enormes, no soy tan delgada.

-¿Y si no quiero un respiro? Yo... Alex, todo esto era tan tóxico, todo estaba mal... y yo fui la única que se dio cuenta- formó un mohín con sus labios y pasó una mano por su cara.

-Entonces se hará lo que quieras, termina con esto.

-Es que... yo de verdad los amaba- dejé una mano en la suya, una sonrisa decoró su rostro- ¿Con quién hablabas por teléfono hace un rato?

Me quedé en blanco al escuchar su pregunta, tan confundida por el rapido cambio de tema. Aparté mi mano con lentitud y apoyé la espalda en la silla, Nakia hundió las cejas al mirarme, me miró a los ojos buscando algo en ellos.

-Yo... le ayudaba a alguien- contesté después de unos minutos.

-¿Quién? Sabes que me gustan los detalles- subió y bajó las cejas.

-Con un chico.

Nakia abrió la boca sorprendida por aquella respuesta.

-¡Eso es genial, en serio! ¿Y cómo es él? Hablo de lo físico claro, primero enfoquémonos en su físico y luego pasamos a como es... ¡no! Mejor dime de qué hablaron, ya después me cuentas lo demás.

-Que chismosa- me lanzó una mirada superficial y se encogió de hombros. Sacudí la cabeza y recordé todo lo que había hablado con Mason, me di cuenta que sonreía porque Nakia me pellizcó la mejilla y se soltó a reír- ¡Sigue así y no te contaré nada!

-¡Bieeen! Tu sonrisa me dice tantas cosas- dijo con la voz malosa.

-Él... me pidió ayuda para comprar toallas femeninas.

Nakia me miró sin poder creérselo, frunció el ceño y volvió a relajarlo.

-Vaya, ¿es un nuevo método para enamorar a una chica hoy en día?

-Y después de eso me invitó a una cita, ¡yo no dije nada! Solo dije "tal-vez" y él ya había programado el día y la hora en la que vendría por mi. Después me colgó y no me dejó responder.

Resoplé y me crucé de brazos al sentir tanta impotencia. Me había dejado con las palabras en la boca, es lo peor que alguien puede hacerme. No lo tolero.

-Ve el lado bueno- se puso de pie caminando al refrigerador, me giré para mirarla-, tienes una cita con el chico que te gusta.

-¿Qué?- me reí- No, él no me...

Es raro el amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora