Capítulo [17]

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Doctor Cavaled

Alex

Mason fue a sentarse al sofá. Por mi parte quedé de pie apoyada en la barra. No le hablé en todo este rato y, me siento rara de no hacerlo y también creo que está bien. Tengo que comenzar a tomar medidas de distancia, no puedo ir por la vida ignorando el hecho que le pedí un beso; ebria y como lo ridícula que soy.

Paso saliva con dificultad, esta sentado mirando no sé de donde. Desde aquí no puedo verlo. No puedo verle la cara. Me encojo de hombros y voy de prisa hacía él, tiró de su muñeca para llevarlo al pequeño balcón.

Hablar, para hablar.

-Estaremos en el balcón, si grita es porque lo estoy ahorcando- bromeo. Ian suelta a reír y Nakia niega con la cabeza, al final esboza una sonrisa.

Lo suelto en cuanto estamos fuera, y el aire fresco nos recibe. Me apoyo en el balcón para ver lo bonito que se ve todo desde aquí, frente a nosotros hay otro edificio y un poco hacia delante hay locales abiertos.

Puedo saber que está a lado mio porque mi corazón se acelera cada vez que lo tengo cerca.

Es algo que simplemente no puedo controlar.

Lo odio.

-¿Qué tal el sazón de Nakia? -le pregunto volviéndome para mirarlo. Me muerdo el labio, hoy trae encima unos pantalones grises y una camisa de manga larga color anaranjada. Está hablando y no tengo la menor idea de lo que dijo, ¡distancia! ¡Concéntrate!

-Si, si -no puedo mas y mi dedo toca su estómago. No parece molestarle-: Vi que trajiste pastel, gracias por traer mi comida de una semana.

Mason suelta una risa ronca y varonil.

-La luna está hermosa hoy, ¿verdad? -dice y señala la luna. Si, hoy se ve muy bonita.

-Por primera vez te daré la razón -concluyo-, está muy bonita. ¿Quieres saber lo que decía la canción de hace un rato? -cambié de tema, no quiero que hable. No quiero tener ganas de besarlo.

-A ver -fue lo único que dijo, respiré profundamente antes de hablar.

-Dame un solo beso -recuerdo perfectamente la letra. La traduje hace unos años-: Dame solo un beso -mire para otro lado e intenté concentrarme. Me sentí aliviada de que no hablara-. Que me alcance hasta morir. Como un vicio que me duele. Quiero mirarte a los ojos. Luna...

Entonces hizo algo inesperado; se acercó y me besó. ¡Si, me está besando y no hay nada que lo impida! Pero...

¡No hay peros, solo besalo!

Pero no está bien.

¡Calla!

Hundí las cejas, frustrada y le devolví el beso.

Subí una mano a su cabello y la hundí en él, es como lo imaginé; suave. ¡Y no es lo único suave! Mason me sujetó de la cintura y me atrajo hacía él, y cuando nuestras bocas se devoraban, sus manos subieron lentamente hasta sujetarme la cara.

Le mordí el labio y volví a besarlo desesperada y ansiosa. Esto es maravilloso. Ladee la cabeza y le di más acceso hacía mis labios. En serio pareció que en mi vida había besado, y justo entonces, Mason me alzó, nuestras bocas se separaron por unos segundos y cuando dejó sus manos frías en mi trasero casi grité, digo casi porque lo ahogó volviendo a estamparme sus labios.

Le rodee el cuello con ambos brazos y...

-Espera... -gruñó, hundí las cejas, enojada y abrí los ojos-, los amigos no se besan.

Es raro el amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora