Es raro el amor ©

Capítulo [10]

Todo por ella.

Mason

-Maaaasoooon, por favor ya vamonos -se quejó mi hermana, la miré de reojo. Estaba acostada en la mesa y al mismo tiempo comía del pastel.

-Te dije que ahorita... en unos dos minutos -mire la hora en mi móvil. Si, solo dos minutos más.

-¡Eso dijiste hace dos horas! ¡¿Lo entiendes?! ¡Dos horas! Ya no hay nadie.

Miré a mi alrededor, bien no había nadie. En realidad si, solo unas cuantas personas.

-Esa chica no te mirará, ¿entiendes que esta trabajando por lo menos? Es bonita ahora que lo recuerdo.

-Eso ya lo sé -me puse de pie soltando un suspiro. Diablos mi trasero se había entumido-. Voy a ir a despedirme.

-Yo voy contigo.

-¿Qué? ¡No! Quiero que estemos solos.

-¿Por? Ni que fueras a besarla -me mira diciendo lo obvio. No respondo y curvo mi boca hacia arriba- Oh por dios, ¿vas a besarla?

-No, porque ahora tú estarás.

-¡Que genial! Tengo que estar ahí para grabarlo y hacerte muchas burlas y quiero ver como te rechazan -dio brinquitos.

Puse los ojos en blanco y le di la espalda, solo que una chica se cruzó en mi camino y tuve que detenerme. Ian también lo hizo y miró con una sonrisa a la chica.

-Ya nos vamos, Majo. Gracias por invitarme a tu fiesta. No entendí ninguna canción de las que pusieron pero... tenían buen ritmo.

-¡No hay de que! Tomen, es pastel de chocolate -lo tomé de inmediato.

-Gracias, Majo.

-Tú hermano está guapo, ojalá y no tenga novia -Majo me sonrió dulcemente, fruncí el ceño al no entender nada.

-Eh... yo me voy, las dejo despedirse.

-¡Cuídate, guapo!

Seguí caminando y me metí al amplio pasillo, busque con la mirada a la pelirroja. Me metí a la cocina sin avisar y ahí comencé a escuchar voces, fue cuando la encontré a ella y a una chica más baja que ella de cabello rubio.

-Es atractivo, ahora podrías...

-Hola.

Ambas dieron un respingo al escucharme, Alex cerró los ojos brevemente y se giró hacia mí. La rubia se acercó a mí en cuento me vio.

-Hola, soy Nakia mucho gusto. Hermana de Alex, tú debes ser Mason.

Me tomó la mano y se la acepté, miré a Alex con una sonrisa maliciosa y asentí lentamente con la cabeza. Así que si habla de mi, pensé, ella dejó una mano en su frente, frustrada.

-Un placer, Nakia.

-Me han hablado mucho de ti, ¿qué tal la comida? ¿A qué estaba rica?

-¿Las hecho tú? Vaya, me quedé muy sorprendido. La verdad que si estuvo buenísima, ¿me pasarías la receta? Alex puede pasarme tu número, ¿verdad?

La miré con mi cara de angelito.

-¡Hola!

Mi sonrisa desapareció al ver a Ian, me empujó antes de irse con Alex. Quien la miró con el ceño fruncido.

-Tú eres Alex, ¿cierto? Oh tienes que ver al idiota de mi hermano cuando...

-Ian...

-... cuando se pone a hablar de ti. Tenemos dos horas esperándote...