Capítulo [18]

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Y como dice la canción. Divina, divina sonrisa

Mason


—¿De qué quieres tu helado?

—Limón.

Me dejé caer en la silla de plástico y esperé a que llegara. La traje a una heladería a la que solía venir todos los jueves con Ian, el helado no es mi cosa favorita pero a Ian le encantaba. Los jueves había una promoción, podías ponerle tres tipos de helado diferente a tu vaso o cono totalmente gratis.

Mire de reojo el móvil para ver si me tenía alguna notificación, mi práctica aún no termina y le dije a Ansel que me cubriera mientras salía un rato. Las prácticas comienzan a ser pesadas, hoy en la mañana recibí a un nena de cuatro años; al parecer y probablemente tenga un problema de asma.

Lo peor es que me deben mi paga desde hace un mes.

Los demás niños que atendí no fueron tan complicados como lo fue Vanesa, tenía que checarla y me dio una terrible patada en las costillas, tuvo que recibirla una de mis compañeras.

Alex llamó mi atención, hablaba con un chico y tenía esa cara de "no quiero hablar contigo". Esbocé una sonrisa y la recorrí con la mirada, lamentablemente cambió sus mini-shorts por unos jeans ajustados (más del trasero) una playera de mangas color blanca y su abrigo azul marino. El cabello lo lleva sujetado formando una cola de caballo, es la primera vez que la veo con una coleta así.

—¿Por qué no te quitas la bata? La vas a manchar.

Se sentó frente a mí y dejó los helados en el centro de la mesa.

—Tengo otra —me encogí de hombros—, ¿cuando terminas la uní?

—Honestamente no sé, se que es el año que viene pero no sé en que mes —le comió a su helado de chocolate—. ¿Tú por qué quisiste estudiar medicina? O lo que sea que estés estudiando.

Sonreí.

—La medicina siempre me llamó la atención, aunque a mis padres no. Decían que no iba a poder porque es muy pesada, eso logró que dejara de llamarme la atención y querer escoger otra cosa. Estuve a punto de no asistir al examen de admisión.

—Todo por culpa de tus padres —negó con la cabeza y me miró a los ojos—, pero mírate ahora. Tengo que decir que te ves increíblemente atractivo con bata, eres muy inteligente y estás a punto de ser pediatra. Quiero besar a la persona que te dijo "mueve el culo y vete a hacer el jodido examen".

Solté una carcajada al escucharla imitar una voz masculina.

—En realidad, la que me dijo eso fue mi conciencia —confesé.

—¡No se diga más!

Se puso de pie y se inclinó para sujetarme de la nuca y arrasar con mis labios. Su boca sabía a menta, le chupé el labio superior antes de meter mi lengua y...

Volvió a sentarse en la silla dejándome los labios húmedos. Pasé la lengua por ellos, seguí comiendo mi helado.

—Me gusta cuando metes tu lengua —me dice.

Sonrío ampliamente, vale lo he malpensado.

—Mi conciencia dice muchas gracias, estaba esperando esto hace años.

—Dile que quiero un beso, para que estemos a mano —me señaló con la cuchara—. Hablando en serio, me da gusto que hayas hecho el examen y no te hayas rendido tan fácilmente.

Es raro el amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora