capitulo 2

4.5K 310 249
                                    

Los días transcurrian con normalidad, pero el albino pensaba seguidamente en aquella idea, y se sentía más patético e idiota que en la última ocasión.

Simplemente, por más que lo pensara, era una simple locura, su ego no dejaría que hiciera algo como eso, ¡JAMAS! y si, en el caso de que lo dijiera, ¿¡Qué pasaría si el azabache no acepta!? Ese sin duda sería su fin, era capaz de suicidarse en aquel momento.

Todos estos pensamientos y la escena contempló unos días atrás, ayudaron a empeorar el malhumor del pilar, y lo que era un poco peor, no podía verle los ojos a su compañero, claro que no lo aria luego de tener ese tipo de pensamientos.

Mientras que esté actuaba con normalidad, con su tipico temple de pocos amigos, el cual enfurecida mucho a su compañero, pero al final de cuentas, no podía agarrarlo del uniforme y gritarle en la cara "¿¡Por qué demonios actúas como si nada después de que te vi a escondidas mientras te masturbas!?"

Entonces solo le quedaba esperar a que el tiempo haga lo suyo y olvidar todo.

─Shinazuwagua -Hablo el mayor, rompiendo el incomodo silencio en el que se encontraban-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─Shinazuwagua -Hablo el mayor, rompiendo el incomodo silencio en el que se encontraban-

─¿¡Qué demonios quieres!? -Cuestiono el de mayor estatura, sin voltear a ver a su compañero-

─¿Me odias? -Pregunto de la nada, directo al grano, provocando que su acompañante lo viera sorprendido, luego de unos segundos en los que dos detuvieran su andar, este se digno a contestar-

─Claro que te odio, a ti todos te odian -Hablo insensiblemente, continuado su caminata-

─Entonces, ¿Me estás evitando porque me odias? -Dudo el ojiazul, haciendo un buen papel de inocente-

Esto sorprendío nuevamente al ojimorado, ¿¡Por qué preguntaba eso de la nada!? A parte de que, el albino podía ser muchas cosas, pero jamás un mentiroso, por lo que se encontraba en un gran aprieto.

─¡Callate! -Exigió, acelerando el paso, para evadir la pregunta-

─¿No me quieres decir?

─¡No!

─Entonces, ¿Me dejas adivinar?

─¡NO!

─Dime, ¿Acaso es por lo que viste en mi finca el otro día?

El más alto se detuvo, mientras tenía un leve sonrojo notorio en sus orejas, y sus piernas temblaban, ¿Había escuchado bien?

¿¡Se dio cuenta cuando lo vio!? ¿Ahora que le diría? ¿Lo tendría que negar? O acaso, ¿Era el momento para confesarle su propuesta?

El cuestionado estaba inmóvil, hecho un lío interior, hasta que el de menor estatura hablo nuevamente.

─...

─Eran de Mitsuri.

─¿Qué?

─Las flores, me dijo que eran para Kocho, pero tenía algo que hacer, por lo que me pidió que se las guardara.

𝕆𝕕𝕚𝕠 (sᴀɴᴇɢɪʏʏᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora