Sanemi y Tomioka, pilares de la asociación de cazadores, hombres, grandes peleadores y amantes.
Giyyu y el albino comenzaron a tener una aventura en busca de satisfacer sus deseos carnales, con la condición de que esto solo llegaría hasta ahí, sin m...
Los días pasaban, uno tras otro y los únicos que guardaban aquel secreto eran los dos azabaches y el albino.
Sanemi no volvió a hablar con Iguro luego de su plática y ninguno tenía el valor para ver a Giyyu a los ojos.
El Shinazugawua comenzaba sentirse toda una mierda y se arrepentía de sus actos, mientras que el chico con heterocromía solo podía sentir pena por su compañero, no era una persona muy empática, pero a su modo, le dolía lo que pasó.
Aparentemente todo estaba bien, luego de unas cuantas semanas de la vista de la doctora, el pilar regreso como si nada, con la excusa de que tuvo "una grave enfermedad" mentira que formuló con la ojimorado.
Su comportamiento apático y mirada fría no cambiaron, lo único raro era que se mantenía físicamente alejado de todos, menos su adorado alumno y su amigo rubio. Nadie sospecho nada.
─¡Joven Giyyu! ¡Vayamos a mi finca! ¡Mi padre a preguntado por ti!
─No, y es raro que tu padre pregunte por mi, dile que no soy tu novia.
─¡Oh vamos! Incluso Senjuro preparará tu comida favorita.
La luna y el sol seguían hablando mientras cierto albino miraba a la distancia.
─Acosar a tus compañeros de trabajo si que es muy extravagante -Menciono el segundo pilar más alto, mientras sorprendía a su aliado, tocandolo por la espalda-
─¡Cierra la boca! No estoy acosando a nadie -Lo último fue más bien un susurró-
─Aja~ ¿¡Y cuando le vas a hablar!?
─¿¡Qué!?
─Que cuando le vas a hablar a Tomioka.
─N-no se de que demonio hablas, ahora vete a molestar en otro lado y-
─Vamos, deja de finjir, tengo tres esposas, se cuando a alguien le gusta una persona y tú estás muy enamorado de Tomioka.
─¡Yo no estoy enamorado de ese bastado! -No mentía-
*Según el, claro :)
─¡Por favor! Lo miras todo el tiempo, se nota que te molesta que le hable a los demás y a ti no, y también se que quieres acércate a el. No te juzgare, amor es amor, no importa el género ni la edad ¡Es por eso que quiero a ese rubio extravangete cómo mi primer esposo! -Afirmo, el ojirosado, mientras se señalaba a si mismo con orgullo, ganándose una mirada de desprecio del contrario-
─Bueno... Cómo sea, ven conmigo, te ayudare a hablar con el.
El mayor de los Shinazugawua intento forsegear, pero fue inútil, su compañero era muy persistente, por lo que terminó llendo con el.
No quería buscar como conquistarlo, pero tal vez así encontraría algún modo para hablarle y lograr que lo perdone, el remordimiento comenzaba a comerlo vivo, había dejado de comer bien y el sueño no lo encontraba.
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