Instituto Wrightwite. 22 de Mayo de 1982.
James caminaba junto a Harry a través de los esclarecidos pasillos. La oscuridad de la noche ya era visible por los grandes ventanales; sin embargo, y gracias a las elegantes lámparas de pared, el rojo vino de las alfombras no pasaba desapercibido.
—¡Vamos tarde! Esto es horrible, ¡sin duda nos odiarán! —James, quien era el más ansioso de los dos, también era quien se encontraba más angustiado por quedar mal.
Harry le miró sin saber qué decir, no detuvo el paso en ningún momento y solo se permitió soltar un suspiro frustrado.
—Aunque...tal vez me estoy atribuyendo una importancia que no tengo —Replantearse las cosas una y otra vez era uno de los placeres culposos de James. —, es decir, ¿viste a toda esa gente que estaba cuando llegamos? se veían y se hablaban con tanta familiaridad que estoy bastante seguro que se conocen de años y, esperaban más su reencuentro que conocer a dos profesores de Chaltam.
Con el paso de los años Harry había aprendido que era mejor dejar que James hablara y hablara a darle un fallido intento de respuesta, porque él sabía muy bien que en este tipo de situaciones su amigo no buscaba eso; su amigo buscaba desahogarse. Solo eso.
El contrario continuaba discurseando con fervor y no mostraba intenciones de querer parar, Harry intentaba poner atencion a cada palabra, pero distaba mucho de lograrlo. En su cabeza solo estaba, a su propia opinión, su flojo y aburrido discurso.
El francés era de lejos la lengua que más aborrecía: su fonología era confusa, y por tanto, detestable; su gramática era incomprensible, además; contaba con, en sus propias palabras, un acento presuntuoso y engreído. Por lo mismo, él consideraba que lo único que rescataba a aquel escrito de ser una total aberración, era su simple pero acertado significado: una búsqueda por la alfabetización común y beneficiosa, de forma laica e imparcial.
Tan concentrado estaba que estuvo a punto de trastabillar al ver a una pequeña niña con coletas y overol jugar con total tranquilidad en uno de los pasillos. Ésta, al ver que había sido descubierta, abrió los ojos con sorpresa, rio y corrió, adentrándose en más pasillos que no parecían tener un fin.
—¿La viste...? —Por primera vez, y bastante desconcertado, él ojiverde Interrumpió a su amigo.
—¿A quién?
—A la niña... —Balbuceó temeroso.
—No puede haber niños aquí, todos los alumnos se van a casa por el verano al menos una semana antes de estos eventos, nos lo dijo él profesor White, dah. —James dio sus conclusiones a la par que encogía los hombros.
—Ahí había una niña... —Harry comenzaba a dudar de su lucidez.
James remiró a través de los pasillos para encontrar nada. Volvió a mirar a su amigo ahora algo asustado. —¿Qué?
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Lecciones cuando el sol baje || Larry Stylinson
FanfictieEn la década de los 70's Harry conoce a Louis, un jovencito que lo saca de su abrumadora soledad. Ahora, en la década de los 80's, Harry es profesor de lengua inglesa y Louis es subdirector de uno de los institutos más importantes del país. Ambos si...