En la década de los 70's Harry conoce a Louis, un jovencito que lo saca de su abrumadora soledad. Ahora, en la década de los 80's, Harry es profesor de lengua inglesa y Louis es subdirector de uno de los institutos más importantes del país. Ambos si...
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Aguas terrenales lamen tu hombro justo donde yo arrastré un mar salino de lúgubres manías por entender qué mal hicimos. Ahora, la picazón de tus pestañas no es más que llanto, y la inquietud de mi ansío no es otra cosa que tu ausencia. Hazz, ¿Volverá a mi alguna primicia tuya que logre achicar este recelo por no tenerte? Mientras, remembranzas igual de necias que los dos oxidan lo ilícito de esta vida. Construyen mi lecho de muerte con su paso, y para cuando me pierdo sin ti ya nada queda de los dos. 1976 me hizo conocerte y 1982 reconocerte.
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Porthpeelsa, Reino Unido. Septiembre, 1976.
—Para cuando lleguen allá comunícate con Clara. Ya le he comentado todo lo que debe instruirte para cuando inicies las clases. —Tendiendo benevolencia, Adam no se permitía cometer el pecado de dejar algún hilo suelto por ahí. Oliver le respondía afable mintiendo con su deferencia.
—No creo que me tome mucho acostumbrarme al espíritu de HeatherWolk. Mucho menos tengo en mente que a Harry le cueste adaptarse, yo mismo me haré cargo de que no sea un dolor de cabeza para nadie cuando lleguemos allá. —Dice simpatizando a costa de subyugar a su hijastro.
Mientras, el aludido recargaba la barbilla sobre el reposabrazos del sillón luchando por cumplir con dos cosas; no caerse del sueño y no destapar esa nefasta y fallida fachada de padre protector que Oliver construía cada que le convenía. Oliver lo odiaba, siempre había sido así, y ahora venía a jugársela de indulgente padre en su bienestar. Qué mentira. Bueno, aunque escuchando detenidamente el mensaje este iba más a una especie de disculpa por adelantado. Como si su padrastro ya tuviera prevista la posibilidad de Harry arrastrando a todos a las odiosas consecuencias de su nulo carácter haciendo de las suyas. Esa era la costumbre, Harry era una incógnita pesadez para él y su madre, ¿Cómo no iba a serlo para los demás entonces Una lamentable presencia, desde luego que si.
El rizado da un profundo suspiro y desvía los ojos de los adultos para mirar sus propias rodillas. Se pregunta si algún día comenzará a sacar a la luz una versión que pueda rescatar sus defectos de serlo. Una que pueda conquistar soluciones y dejar de perseguir irreverencias. Irreverencias que la sabiduría de la edad le prometía dejaría al crecer. Crecer era su objetivo porque hacerlo acompañaba la dicha que traía mejorar.
