💧CAPITULO 2💧

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Lisa le dio un sorbo a su cerveza y miró a Jisoo. La castaña parecía muy complacida con todo el jaleo que había armado al llegar a la barbacoa. Tendió un plato de costillas humeantes frente a ella y a la pelinegra se le hizo la boca agua. Su estómago se retorció de hambre y se frotó las manos. La verdad era que había decidido ir a la barbacoa porque necesitaba despejar su mente luego de la llamada que había recibido esa tarde y porque adoraba las costillas. Nunca desechaba una invitación a comerlas. 

Gracias a su metabolismo de nadadora, podía comer lo que le diera la regalada gana. Claro que como buena profesional y obsesiva que era, cuidaba su dieta... hasta cierto punto.

Un par de cervezas de vez en cuando tampoco venían mal. Siempre con moderación.

Notó que Jisoo comenzaba a encenderse un cigarrillo y la miró de reojo.

-Jisoo. -La aludida la miró. -Sabes que odio el humo...

La castaña puso los ojos en blanco.

-Si mal no recuerdo, cuando entraste a la universidad se te podía ver echándote un pitillo por los pasillos. -Respondió divertida dejando el cigarrillo a un lado.

-Sí, pero eso era cuando tenía dieciocho y podía nadar ochocientos metros hasta dormida. -Suspiró. -Cuando te vas haciendo mayor las cosas cambian. 

-Qué responsable. -Dijo Jisoo irónica hincándole el diente a sus costillas, engrasándose la cara con la salsa.

Lisa sonrió divertida.

Le agradaba Jisoo. De hecho le gustaba bastante y le pareció divertida la relación que tenía con su hermana menor.

Lisa no tenía hermanos, pero estaba segura de que no era normal tanto odio. 

-Tu hermana está mirándote como si quisiera asesinarte. -Murmuró Lisa comiendo con ganas. Casi gimió de lo bueno que estaba aquello.

Jisoo miró hacia donde estaban sentadas Rosé y Jennie.

La menor de las castañas estaba comiendo con tenedor y cuchillo y de forma muy pulcra. Mientras que la mayor seguía con la cara sucia como una niña pequeña.

Jisoo le lanzó un beso y Jennie puso los ojos en blanco.

La castaña mayor notó que los ojos de Jennie se iban escurridizos hasta Lisa. No podía culparla, Lisa era una obra de arte, pero se suponía que a Jennie no le gustaban las chicas.

-De hecho está mirándote a ti, cariño. -Lisa levantó la vista y Jennie apartó sus ojos sonrojándose.

La pelinegra sonrió a medias.

-Probablemente también quiera matarme.

Jisoo le dio un gran sorbo a su cerveza riendo.

-¿Tú también quieres una foto? -La imitó partiéndose de risa. -Esa ha estado buena.

Lisa frunció el ceño.

-Su amiga se acercó a tomarse una foto ¿Cómo iba a saber que ella no?

Jisoo siguió riendo y la miró con intensidad.

Dios mío, Lalisa Manobal era sexy incluso cuando comía costillas asadas.

-Sabes que no eres el centro del universo ¿verdad?

-¿Ah no? -Lisa rio. -He vivido engañada toda mi vida. -Dijo irónica y le dio otro sorbo a su cerveza. 

-Además, mi hermana probablemente no tenía idea de quien eras. Sácala de sus libros y va perdida por el mundo.

Lisa levantó la vista detallándola.

Era pequeña y menuda y su cabello recogido en un moño alto la hacía ver un poco más mayor de lo que probablemente era. ¿Qué edad tendría? ¿Dieciocho? ¿Diecinueve?

En Lo Más Profundo [Jenlisa - Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora