💧CAPITULO 18💧

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Jennie nunca les había dicho una mentira a sus padres. Era de las que pensaban que tarde o temprano la descubrirían y prefería no fallarles o hacerlos enfadar. Pero esa semana sí que había mentido... bastante.

Primero les había dicho que la competencia de Lisa se había extendido por lo que tendría que quedarse en San Antonio un día más para seguir con el proyecto, cuando en realidad había regresado a San Diego y se había ido con Lisa a su piso, en donde por supuesto había sido completa e inmensamente feliz. Lisa había tenido el lunes libre luego de la competencia y se habían dedicado a hacer el amor, a hablar, a ver películas ñoñas que Lisa decía que odiaba pero que al final acababa disfrutando y a abrazarse y darse mimos.

Jennie nunca creyó que pudiera querer a alguien de esta forma en tan poco tiempo. Pero lo que había empezado como quizás, un amor de verano, estaba convirtiéndose en algo muy fuerte, algo que nunca pensó sentir por nadie.

Generalmente eran las obligaciones y los estudios lo que nublaban sus pensamientos, pero últimamente era una sexy nadadora y su sonrisa en lo que no podía dejar de pensar.

Lisa se había convertido en lo primero en lo que pensaba cada mañana y en lo último que pensaba por las noches. La pelinegra tenía una gran capacidad para hacerla reír y para hacerla suspirar al mismo tiempo.

De ponerla muy cachonda ya ni hablar.

Era verdad que ahora que Jennie estaba descubriendo su sexualidad estaba bastante sensible a ello, y cosas que podrían resultar normales como ver a Lisa conduciendo, la ponían a cien. No es como si la nadadora se quejara de que su libido estuviera incrementada en un doscientos por ciento. Esta simplemente reía y le decía que había nacido para complacerla. Pero a Jennie también le gustaba complacer a Lisa. Le gustaba la forma en la que el cuerpo de Lisa temblaba cuando Jennie sabía que se estaba conteniendo y entonces ella le susurraba al oído que no lo hiciera, que ella lo quería todo. Adoraba esos pequeños gemidos que salían de su garganta cuando besaba su abdomen definido y sobre todo adoraba la forma en la que sabía su humedad... era algo que no podía explicar con palabras.

Pero no todo era sexo desenfrenado y nuevo.

Adoraba los pequeños momentos.

Como cuando estaban en el sofá riéndose por cosas que Lisa le estaba contando.

-¿Cómo fue tu primera experiencia con una chica? -Había preguntado Jennie con su cuerpo completamente enroscado con el de Lisa, mientras acariciaba la piel caliente de su abdomen.

-¿La primera de todas? -Jennie asintió mirándola divertida.

-Bueno, creo que esa sería mi experiencia con Anna Hopkins... en el jardín de infantes. Me encantaba mirarle debajo de la falda. -Rio y Jennie miró al cielo.

-Estoy hablando en serio.

-Yo también. Soy una bollera desde que tengo memoria, cariño. -Acarició dulcemente la espalda de Jennie. La castaña adoraba el calor y el olor de Lisa. Era adictivo y relajante a la vez. -Pero supongo que quieres decir mi primera experiencia real... -Puso cara pensativa. -Felicity Anderson. -Dijo por fin. -Tenía trece años y me metió la lengua hasta la garganta...

Jennie rio quejándose pero adoraba que Lisa fuese así, tan bruta a veces.

-¿Qué? Es verdad. Y lo peor es que no me gustó al principio. Pero creo que luego mis hormonas se despertaron y en ese momento supe que no habría vuelta atrás.

-Y entonces te convertiste en la mujeriega que eres ahora... -Lisa rio.

-Ya no lo soy. -Acarició su cabello mirándola con cariño. -Ahora solo me interesa una.

En Lo Más Profundo [Jenlisa - Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora